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aquella noche cayó agua por los anteriores ¡y
por los 40 siguientes!
El jugador vasco fue determinante en el triun-
fo europeo: sumó dos puntos y medio y jugó
a la perfección el papel de prolongación de
Seve en el campo. “No cabe duda de que
para mí fue una Ryder Cup muy especial: des-
pués de todas las que habíamos compartido
Seve y yo formando pareja, era la primera vez
que jugaba con él como capitán”.
“La sensación era distinta. Seve estuvo pen-
diente de todo. Nos exigió mucho, lo mismo
que siempre se había exigido a sí mismo y
estuvo encima de todos los jugadores.
Algunos se sintieron un poco incómodos por
su nivel de exigencia, pero yo creo que lo hizo
muy bien. Mi relación con él era cercana y
muy buena, nos llevábamos de maravilla.
Seve estudió el juego del equipo estadouni-
dense en profundidad y preparó el campo de
manera que todos jugásemos desde la misma
zona para tener las mismas oportunidades, y
con la ayuda del “Pisha”, que era su mano
derecha, acertó de lleno en la elección de las
parejas. Lo hizo muy bien. Nos transmitió la
pasión que ponía en todo lo que hacía y fue
un gran capitán”.
El magnífico
golpe de Nacho Garrido
Si Olazábal se tuviese que quedar con un
momento del fin de semana, un instante,
sería curiosamente uno en el que fue prota-
gonista pasivo. Los focos apuntaban a Nacho
Garrido.
“Recuerdo el fourball que jugamos juntos el
sábado por la mañana contra Phil Mickelson y
Tom Lehman. Veníamos súper apurados y vivi-
mos el momento clave en el famoso hoyo 17
de Valderrama. Fue impresionante. Nacho se
pasó el green con el segundo golpe y fue al
búnker del fondo, y Phil dio un golpe extraordi-
nario a dos metros de bandera. Nunca he visto
una sacada de búnker como la de Nacho, le
das 100 bolas al mejor especialista en sacar de
búnker y jamás dará un golpe como el que dio
él. Dejó la bola un poco más lejos que la de
Phil, que no metió el putt, y empatamos el
hoyo y luego el partido. Aquel momento fue
increíble”, explica.
El torneo llegó al domingo con una clara victo-
ria parcial europea (10,5-5,5), pero Seve tenía la
certeza de que en los individuales los america-
nos podían poner las cosas muy complicadas.
De hecho, el parcial en este tramo confirmó sus
sospechas: Estados Unidos se llevó ocho puntos
por cuatro de Europa, pero la victoria final se
quedaba en el Viejo Continente.
“La rueda de prensa final fue muy emotiva.
Cuando me preguntaron qué sentía al no
haber jugado la Ryder Cup del 95, me vino a
la memoria el recuerdo de la etapa tan dura
que pasé entre el 95 y principios del 97 y me
desmoroné, me vine abajo y lloré. Tuve que
esperar a recomponerme para poder hablar.
Fue un momento muy especial por todo lo
que significaba para mí: el hecho de volver a
estar allí después de haber ganado la Copa
representando a Europa, a España y con Seve
como capitán… fue tremendamente emoti-
vo”, cuenta José María Olazábal como epílo-
go a una semana inolvidable.
El domingo, lejos de ser un día cómodo para
Europa, se convirtió sin embargo en una
lucha sin cuartel en el que los bravos esta-
dounidenses buscaron con ahínco la remon-
tada. Y no anduvieron muy lejos. Las victorias
parciales de Per-Ulrik Johansson, Bernhard
Langer y, sobre todo, de Costantino Rocca
ante Tiger Woods, evitaron que la jornada
acabara en pesadilla.
Así pues, final feliz para Europa, para un
Severiano Ballesteros que vivió el torneo como
si fuese un jugador más, y para un público
entregado. Tal y como se dijo en su día, está-
bamos ante la que posiblemente fue la mejor
Ryder de la historia… al menos para Europa.
José María Olazábal:
“Seve nos exigió mucho, tanto
como se exigía a sí mismo”
El torneo fue muy especial para José María
Olazábal, que solo un año antes arrastraba
una lesión que le impedía hasta caminar.
“Guardo muchos y muy buenos recuerdos de
aquella semana en Valderrama. Las primeras
imágenes que me vienen a la cabeza son de
la ceremonia de inauguración, que fue muy
bonita y emocionante, y el diluvio que cayó la
madrugada del jueves al viernes. Qué manera
de llover. Según las estadísticas de pluviome-
tría, hacía más de 40 años que en esa semana
no había llovido en la zona. Sin embargo,
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Ryder Cup
Nadie se lo quiso perder.
SSMM los Reyes de España, el Presidente del Gobier-
no, José María Aznar, el ex Presidente de Estados
Unidos George Bush, el ciclista Miguel Indurain, el actor
Michael Douglas, ministros como Francisco Álvarez
Cascos y Rodrigo Rato o el jugador de baloncesto
Michael Jordan fueron algunas de las personalidades
que disfrutaron del juego en Valderrama.
El hoyo 17 de Valderrama.
Si hay un hoyo mítico en este recorrido, ése es el 17.
Una vez más fue decisivo, y recibió comentarios de
todo tipo. “Es un hoyo excitante porque allí pasan
siempre muchas cosas”, dijo Fred Couples.
Unos números impactantes
⦁
20.000 personas acudieron a la ceremonia de
inauguración del torneo en Valderrama.
⦁
En 29 países se vendieron entradas para la
Ryder. Hasta Valderrama llegaron aficionados de
Barbados o Hong Kong.
⦁
1.200 voluntarios participaron en la organización
del torneo.
⦁
80 personas velaron por el estado del campo de
Valderrama en toda la semana de competición.
⦁
45 cámaras de televisión se desplegaron por el
campo.
⦁
27.000 espectadores acudieron a cada una de las
jornadas de juego.
⦁
1.500 periodistas se acreditaron para cubrir in
situ el evento.
⦁
2.040.000 espectadores llegaron a estar conec-
tados a la Ryder Cup por televisión en España en
la jornada final
⦁
650 marshals controlaron al público
Memorias de unos
días inolvidables
Fuente: RFEG / European Tour
José María Olazábal, Ignacio Garrido,
Miguel Ángel Martín, Severiano Ballesteros y
Miguel Ángel Jiménez influyeron de distinta
forma en el apretado triunfo europeo