Psicología
Cómo ayudar a nuestros hijos
tras la competición
(I)
C
omo continuación de los artículos
“Cómo ayudar a nuestros hijos antes
y durante la competición” –en los
que se hacía énfasis en intentar darles con-
fianza y, sobre todo, ayudarles a que no se
presionaran con el resultado y se centraran
en jugar al golf–, vamos a tratar ahora, en dos
nuevos artículos consecutivos, sobre cómo
podemos ayudarles después de disputar la
competición propiamente dicha, cuando el
trabajo, todavía, no ha concluido, ni muchísi-
mo menos.
El papel de los padres
en el post-torneo
Básicamente, en estos momentos, podemos
ayudarles a que aprendan a encajar las derrotas
y las victorias, a que su confianza no se desbor-
de cuando consigan un buen resultado ni se
desvanezca cuando el resultado haya sido malo.
Es preciso enseñarles también a que sean
conscientes de sus fortalezas y también de
sus debilidades, a que aprendan de sus erro-
res y a analizar de la forma más objetiva posi-
ble su actuación en la competición. Y, sobre
todo, debemos mostrarles todo nuestro
apoyo incondicional
en los malos momentos:
cuando han jugado mal y se sienten frustra-
dos y decepcionados consigo mismos. Todos
estos aprendizajes distan mucho y van
mucho más allá del discurso simplón e inefec-
tivo que comentaba al principio del artículo,
confianza y desvanecimiento.
Como padres, también debemos de tener en
cuenta que estos momentos post-torneos
trascienden el ámbito deportivo
, y que si se
saben utilizar adecuadamente pueden influir
muy positivamente en el tipo de relación que
mantenemos con nuestro hijo/a. En estos
momentos el lenguaje no verbal y el control
de las emociones son de vital importancia
para que tengamos una buena comunicación
y conexión con nuestros hijos.
Veamos cuál es nuestro papel como padres y
cómo podemos actuar para que los momen-
tos post-torneos influyan positivamente tanto
en la evolución y desarrollo deportivo de
nuestros hijos como en la relación
padre/madre-hijo/a.
Hacer de padres vs.
hacer de entrenador
En anteriores artículos ya he comentado que lo
mejor que podemos hacer por nuestros hijos
es hacer de padres y no de entrenadores. Por
tanto, en el post-partido realizar la evaluación
de la competición como si fuéramos su entre-
nador es algo que debemos dejar a su entre-
nador, entre otras cosas, porque su entrenador
nunca va a hacer de padre.
El entrenador encontrará con mucha más faci-
lidad las causas de los errores, se encargará de
ver qué facetas del juego han estado bien y
cuáles han flaqueado y sacará las conclusiones
oportunas de cara a los próximos entrena-
mientos y competiciones. El entrenador es
quién cuenta con todos los criterios necesarios
para sacar las mejores conclusiones de cara a
la evolución deportiva de nuestros hijos.
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Fotos: www.holegolf.com – Iñigo Alfaro
Hay que ayudarles
a que aprendan a
encajar las derrotas
y las victorias, a que
su confianza no se
desborde con un
buen resultado ni
se desvanezca con
uno malo