Adiós
Emma
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Obituario
Emma Villacieros
Querida Emma,
Nos has dejado de improvisto, pero como le gustaba
decir a tu padre, con la “Misión Cumplida”, y en con-
secuencia la “Patria Honrada”.
Empezaste tu andadura en la Federación con una cola-
boración muy activa en la organización de la “Canada
Cup” de 1965. Al término de la misma, el entonces
presidente Marqués de Bolarque te encarga el desarro-
llo del golf femenino, ingresando así en la Junta
Directiva. Por aquella época eran muy pocas las muje-
res que jugabais y casi se podían contar con los dedos
de una mano las que teníais nivel de competición inter-
nacional.
Te pusiste manos a la obra con la determinación que
te caracterizaba y empiezas por la base, que no existía
prácticamente, formando un equipo junior, para lo cual
en diversos casos ibas casa por casa, llevándolas a las
clases de Pepito Gallardo. A los pocos años ya acudí-
ais al Campeonato de Europa por Equipos. De salida
con poco éxito, pero en poco tiempo os proclamasteis
campeonas.
A partir de ahí fuiste aumentando la base y con la
ayuda de John Jacobs, subiendo el nivel hasta ganar
Campeonatos Absolutos de Europa por equipos y dos
Mundiales. Pero no os conformasteís con eso y varias
chicas han seguido subiendo peldaños pasando al
campo profesional y obteniendo grandes éxitos, lo que
te obligó a crear el Open de España Femenino.
Ante estos éxitos el golf femenino se desarrolló de tal
manera que pasamos a ser la Federación con mayor
número de aficionadas entre todos los deportes.
En 1988 accedes a la Presidencia de la RFEG y te pro-
pones varias metas: la popularización del Golf, que la
Ryder Cup salga de las islas y venga a España y que
el golf se integre en el Programa Olímpico.
La popularización la inicias con la construcción de
campos públicos y de precios populares. El esfuerzo
fue grande para convencer a los Ayuntamientos, que
no fue empresa fácil en algunos casos, y además en
otros tuviste una oposición rotunda de campos priva-
dos cercanos, que pensaban que se les iban a mar-
char sus socios o abonados. A pesar de ello se hicie-
ron. Y pasado el tiempo los privados reconocieron que
no solamente no se les dañó, sino que nuevos jugado-
res de esos campos se hacían socios de los privados.
La otra cumbre de estos campos públicos fue el
Centro Nacional, que lleva tu nombre, que tardó 14
años y medio en conseguir los permisos para poder
construirlo. Tengo que reconocer que yo, más de una
vez, ante los retrasos que se producían, te propuse
olvidarnos de este terreno y buscar otro, pero tú siem-
pre me decías: “No, Luis, porque lo que para ti y para
mí es mucho tiempo, no lo es para la Federación, que
permanecerá en el futuro, y este terreno dentro de la
ciudad es óptimo”.
A día de hoy puedes estar satisfecha de que todos
siguen abiertos, pese a pasar apuros en los años de la
crisis, y se han creado numerosos federados. En tu
Centro Nacional, más de 15.000 desde su inaugura-
ción por parte de S. M. El Rey Don Juan Carlos.
Llegaste a la presidencia con 48.000 federados y la
dejaste con más de 330.000.
La Ryder Cup, que hasta los años 80 era un Match
USA - Islas Británicas que casi siempre ganaba USA,
se abrió, a petición de Jack Nicklaus, al resto de juga-
dores europeos y con la colaboración de ellos, princi-
palmente Seve Ballesteros, Europa comenzó a ganar.
La aportación de nuestros jugadores fue tal, que tú
pensaste que debería de jugarse una vez en España, y
presentaste la candidatura del Club de Campo Villa de
Madrid, para 1991, con el apoyo de Seve. Esta candi-
datura llegó hasta el final y perdió por el voto de cali-
dad del Presidente. Tu indignación fue tal, y así lo tras-
ladaste a la prensa británica, que produjo la dimisión
del Lord Derby Presidente. Ante esta situación, se nos
concedió la edición 1997, que con un éxito impresio-
nante se celebró en Valderrama.
Y nos queda el tema Olímpico. El golf dejó de pertene-
cer al Programa Olímpico desde 1916 y tú pensabas
que si volvíamos a participar en los Juegos, el golf se
extendería a todo el mundo, y así se lo propusiste a
Juan Antonio Samaranch, que te apoyó con una sola
condición: que si volvía a los Juegos acudieran los
mejores jugadores y jugadoras.
Tú empezaste a moverte en la EGA y en la Federación
Internacional, que tuvo que modificar sus Estatutos
para ello y se llegó a celebrar una reunión monográfica
en St Andrews. Para que pudieras asistir fue necesaria
una autorización especial, pues nunca antes una mujer
había tenido acceso a la Casa Club.
Tú defendiste tu propuesta con la convicción y vehe-
mencia que te caracterizaba, hasta el punto de que a
la salida había comentarios que decían que tras tu
intervención habían temblado los cimientos del R&A.
Continuaron con los trámites y en 2016, en Río de
Janeiro, el golf estuvo presente y mundialmente se
reconoció que eso se debía a Emma.
Por todo ello, cuando ahora te hayas presentado ante
el Altísimo para recibir el premio a una vida aferrada a
tus fuertes convicciones cristianas Él te habrá premia-
do y te habrá recordado que “Misión Cumplida-Patria
Honrada”.
Luis Álvarez de Bohorques
Secretario General
Mención
especial para
su dedicación a
la construcción
de campos
públicos, el
Centro Nacional,
la transformación
de la enseñanza,
el golf como
deporte olímpico
y la celebración
de la Ryder
Cup 1997 en
Valderrama