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El golfista vasco cerró a las primeras de cam-
bio, en lo que constituyó su debut en el Open
de España, uno de los círculos victoriosos que
ansiaba completar en alguna ocasión a lo
largo de su ya indudable exitosa trayectoria
deportiva, un objetivo cumplido sin embargo
de forma acelerada, como todo aquello rela-
cionado con un currículo que se desarrolla a
velocidad simplemente supersónica.
“Vengo a ganar”, dijo Jon Rahm con la convic-
ción que le caracteriza en la jornada previa al
inicio de un torneo que ha pasado a engrosar
una de las páginas más emotivas y bellas de
la historia del golf español, adornadas por un
público enfervorecido y multitudinario en una
edición histórica que encumbró a un jugador
genial y a unos aficionados a su altura.
Miles de personas en el
Centro Nacional para empezar
A la primera, el Open de España se llenó. Una
arrolladora corriente de expectación, bien
palpable desde primera hora de la mañana
del jueves, abarrotó los cuatro costados del
Centro Nacional, una trepidante mezcla de
interés, curiosidad, ilusiones y deseos que
convirtió al público en el primer líder de la
competición.
Nunca hasta entonces en la historia de un tor-
neo profesional de golf celebrado en nuestro
país se había registrado una afluencia de per-
sonas tan numerosa durante una primera jor-
nada, miles de aficionados ávidos por presen-
ciar un espectáculo que los jugadores, de
forma generosa, ofrecieron por su parte a
manos llenas.
Los espectadores que acudieron a presenciar
la primera ronda del Open de España encon-
traron lo que buscaban, estableciendo una
vibrante conexión que convirtió al deporte
del golf en espectáculo de masas, reclaman-
do a base de datos fehacientes el espacio que
realmente merece dentro de nuestro país.
El torrente de ilusión se plasmó en tees de
salida, calles y greenes delimitados por un
cordón humano que jaleó con agrado todas y
cada una de las acciones de los verdaderos
protagonistas de una primera vuelta donde el
espectáculo surgió a borbotones.
Bien es cierto que Marc Warren acaparó por
la mañana buena parte de los focos con una
sólida y brillante actuación resumida en 66
golpes, con cinco birdies en los últimos siete
hoyos que le catapultaron desde el anonima-
to de la parte media de la tabla a lo más alto
de la clasificación.
Y también es cierto que por la tarde el irlan-
dés Paul Dunne acertó a repetir tan excelsa
actuación, en condiciones meteorológicas
más complicadas, para compartir liderato, en
su caso mediante una vuelta mermada por
un solo bogey y adornada por un eagle en el
último hoyo.
No obstante, sus respectivos y destacados
rendimientos se vieron eclipsados por la pre-
sencia de un público ardiente y apasionado
con los jugadores españoles.
Jon Rahm y Rafael Cabrera-Bello, compañeros
en un partido que asimismo compartió el
inglés Andrew Johnston, vigente campeón, se
vieron sorprendidos a las nueve de la mañana
por un aluvión de personas que no se perdie-
ron ni un solo detalle de sus apasionantes
acciones, que llevaron al canario a culminar
su primer recorrido con 73 y al vasco a aupar-
se hasta la segunda posición.
Con menos grandilocuencia, de forma en apa-
riencia más tímida pero en la práctica igual de
efectiva, otro español, Víctor Pastor, para más
inri amateur, igualó en la citada segunda plaza
a su ídolo Jon Rahm con un inicio impactante,
golpe de salida desde el tee del 10 a la calle
del 16 antes de recuperar de forma maravillo-
sa y anotar eagle en su tarjeta.
Por si fuera poco, Pedro Oriol, Nacho Elvira,
Sebastián García, Adrián Otaegui…, la nómina
de españoles a la zaga, con muy buenos resul-
tados en su ronda inicial, formó asimismo
parte del relato de una jornada histórica,
donde el golf reclamó su sitio como espectá-
culo de masas, esos miles de aficionados que
tenían sobrados motivos para seguir acudien-
do al Centro Nacional durante las tres siguien-
tes jornadas para presenciar un ardiente espec-
táculo bien palpable por los cuatro costados.
“Tanta gente en un hoyo,
sólo en un Major”
“Tanta gente en un hoyo, sólo lo he visto en
un Major, es increíble”. Estas declaraciones,
realizadas nada más terminar de entregar
una notable tarjeta de 68 golpes, procedían
Open de España
2018
¡¡Mágico espectáculo
para la historia!!
J
on Rahm y el público ganaron el Open de España 2018, dos importantes triunfos unidos mediante una cone-
xión literalmente eléctrica que convirtió al golf, durante cuatro apasionantes jornadas, en auténtico espec-
táculo de masas, con miles y miles de personas rendidas ante un evento verdaderamente mágico.
Jon Rahm cerró
un círculo victorioso de
enormes dimensiones en
nuestro país, con triunfos
en España desde cadete a
profesional en el marco de
un torneo que se convirtió
desde el principio en un
espectáculo de masas
Fotos: José Salto