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Jon Rahm
de un campeón
Fotos: José Salto
Sensaciones
L
a de Jon Rahm en Madrid fue una semana de auténtica locura. Aterrizó unas cuantas horas
después de jugar (maravillosamente) The Masters, se dio un baño de multitudes, jugó un tor-
neo espectacular, levantó el trofeo y retornó a Estados Unidos con la maleta cargada de fuer-
tes emociones y cariño, mucho cariño. Entre birdies, autógrafos y emotivos reencuentros en la que
fue su casa, el Centro Nacional de Golf, el jugador de Barrika tuvo tiempo para analizar su triunfo y
todo lo vivido en Madrid y, de paso, relatar cómo ve su futuro en la élite. Palabra de campeón.
“Siempre es emocionante ganar, pero en este caso,
ganar el Open de España, es algo muy especial. Una vez
que decidí venir, a pesar del cansancio de jugar el
Masters, no era solo por la promoción del golf, quería
venir a jugar y a ganar. El hecho de hacerlo aquí, con
todo lo que significa este torneo, en el Centro Nacional
donde he pasado tanto tiempo, que sea mi primer Open
de España… hay muchas cosas que lo hacen especial. Es
difícil describir lo que siento, ganar después de haberlo
hecho como amateur es muy emocionante. Unir mi
nombre a la lista de ganadores españoles de este torneo
es un orgullo. La primera victoria ya la tengo, ahora hay
que sumar, a ver si puedo ganar más. Si pudiera añadir
mi nombre más de una vez, sería algo muy bonito. El
año que viene vendré a defender el título, y aunque no
tuviera que defenderlo, vendré también”.
Una victoria
inolvidable
”Han hecho un trabajo maravilloso, no debería haber ninguna queja por parte de ningún juga-
dor, especialmente de los que sabemos el esfuerzo que han hecho. Han tenido muy poco tiem-
po, siete semanas antes de empezar no sabían que iban a tener un torneo de Circuito Europeo
y que el campo estuviera tan bien, con lo que ha llovido, es para felicitarles. Yo lo he hecho cada
día, han trabajado muchísimo. Hemos tenido los greenes rodando a 11 o 12 de velocidad, nunca
los había visto así, y hay pocos torneos de Circuito Europeo en los que se juegue a esa velocidad,
por lo menos en los que he estado yo. Ha estado lo mejor que podía estar”.
Un campo
a la altura del torneo
«En Pebble Beach no hay tanta gente como ha habido en el Open, y es un gran tor-
neo. En Los Ángeles me dijeron que llegan justo, justo a 20.000 espectadores toda la
semana. En Banff Springs ya te digo yo que ni se acerca. Es un buen momento para
el golf por el hecho de que haya venido tanta gente… y me gustaría saber cuántos
de ellos no tienen licencia, o no juegan a golf. Cuando decidí que iba a venir no pen-
saba que iba a haber tanta gente, no me lo esperaba… Sé que es un campo que tiene
suficiente aforo para tanta gente, pero que casi 50.000 personas vengan, es casi un
partido de fútbol de Primera División, aunque compararlo con el fútbol es difícil. Es
un orgullo para todos que hayan venido a disfrutar de nuestro golf. Para mí, y mira
que intento hacer todo lo posible para que crezca el golf en España, es un orgullo que
venga tanta gente interesada en este deporte, que es un gran deporte”.
Más público
que en Pebble Beach
“Sin duda, este último domingo del Open ha sido el más complicado que he tenido que jugar hasta ahora.
Ha sido la victoria más difícil en un domingo. Por lo que he mostrado, por las ganas que tenía de ganar
este torneo, por la energía que se crea, que sea en España, en el Centro Nacional, que mi familia esté aquí,
por el público… Que todas las personas que seguían mi partido, que eran muchísimas, quisieran con tan-
tas fuerzas que yo ganase, hace que sea difícil. Cada vez que pego un golpe mal, las emociones se tripli-
can. Cada vez que hago algo bien, las emociones se triplican. Mantener el equilibrio, si a mí normalmente
me cuesta, con tanta gente es difícil. Lo he hecho lo mejor que he podido. En alguien que vive intensa-
mente las emociones como yo, esa semana se han visto amplificadas, y eso lo hace todo más difícil”.
Mantener
el equilibrio
“Quiero ayudar al golf español a
mejorar. Me encantaría ayudar a
que haya más campos, más jugado-
res y campeones mejores que yo”.
La frase
