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Por la mañana temprano, trackman;
antes de comer, una hora de físico;
por la tarde toca fitting y mañana trabajamos
la biomecánica”. Cosas así escuchan los técni-
cos del Centro de Excelencia de la RFEG prác-
ticamente cada semana. Y no las escuchan
de un cualquiera, sino de jugadores que están
llamados a formar parte de la élite del golf
europeo, y quién sabe si mundial, en tiempos
no muy lejanos. Muchos de los profesionales
españoles pasan por esta instalación de van-
guardia para potenciar su juego, conocer sus
limitaciones y saber en qué facetas deben
trabajar más. El Centro de Excelencia es un
arma más para situar a nuestros profesionales
entre los mejores.
Un centro para progresar
en todas las facetas
Aprovechando los meses de parón en los
Circuitos, los golfistas optan por hacer modi-
ficaciones en aquello que no ha funcionado
durante el año, y para ello tienen el Centro de
Excelencia abierto de par en par. Francisco
Parrón, Director Técnico del Centro; Abraham
Ruiz, técnico con una carrera en el golf profe-
sional a sus espaldas; y Francisco Fernández,
preparador físico de los Equipos Nacionales y
de jugadores profesionales, trabajan con ellos
y les ayudan a sacar partido a la tecnología
que se concentra en las dos plantas de uno
de los mejores enclaves técnicos de golf de
Europa.
Por allí aparece Mario Galiano, uno de los
jugadores que este año debuta en el ámbito
profesional después de unos años brillando
con luz propia entre los amateurs. En su caso,
el Centro de Excelencia es un viejo conocido,
ya que su estancia en la Escuela Nacional
Blume le permitió vivir en primera persona su
inauguración.
“Llevo mucho tiempo trabajando con esta
tecnología y puedo decir que es una ayuda
fundamental para cualquier golfista. Para
nosotros, los más jóvenes, se hace difícil
pensar en cómo se trabajaba antes”,
comenta.
Para Mario Galiano el trackman es la joya de la
corona. “La información que te aporta es muy
Centro
de Excelencia
Cada vez son más los jugadores profesionales españoles que acuden al
Centro de Excelencia para trabajar con la tecnología punta
“
Excelencia
profesional
importante, te dice muchas cosas de tu
juego, de cómo está y de qué tienes que tra-
bajar con los técnicos. Te indica muchas varia-
bles, el ritmo, el spin... y hay que saber inter-
pretar bien esos datos”, explica.
Para eso están los especialistas de la RFEG. Los
propios Fran Parrón, Abraham Ruiz y Paco
Fernández, en compañía de Marcelo Prieto,
técnico de dilatada experiencia, son los
encargados de echar una mano a las jugado-
ras del Pro Spain Team en su puesta a punto
de cara a un calendario que ya avanza.
Natalia Escuriola da bolas con un hierro siete
mientras Fran Parrón observa la pantalla con
concentración absoluta. “¡Esa bola es mejor!,
pero da una más”, le pide.
Tecnología punta
para jugadores punta
En la sala de al lado está el SAM Putt Lab, “que
viene a ser un trackman del putt”, como lo
denomina Abraham Ruiz, pero en esta sesión
no tiene ocupante. Sí está a pleno rendimien-
to la máquina de lie y loft, que sirve para
medir los grados. Allí, Luna Sobrón trabaja
con el propio Abraham con un sistema que a
simple vista puede parecer rudimentario al
neófito, pero que es el más efectivo.
Luna pega una pegatina en la base del hierro y
da una bola sobre una base metálica. Con ello
se persigue saber en qué parte está tocando.
Una vez visto y comprobado, se coloca el hierro
en la máquina y se hace el ajuste pertinente.
“Se trata de revisar uno a uno el ángulo del ‘lie’.
Es algo que antes no se hacía y que nosotros lo
hacemos desde hace relativamente poco tiem-
po, y el resultado está siendo muy bueno”,
añade. Hay que hacer palo a palo porque “el
swing puede cambiar de uno a otro”. Se trata de
customizar los palos, como resume el técnico.
Luna Sobrón agradece el trabajo de Abraham.
Sabe que su ayuda en el Centro de Excelencia
se transformará de alguna forma más adelante
en menos golpes. “Todo lo que tenemos aquí
no vale para nada si no se trabaja con continui-
dad, claro”, matiza la mallorquina, que antes ha
pasado por la plataforma de pesos.
Como su propio nombre indica, ahí es donde
queda patente dónde pone el peso cada juga-