RFEGolf 113 (diciembre 2018 - febrero 2019) - page 62-63

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Reportaje
Campos
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S
eguro que más de una vez has asistido
a esta conversación en tu club:
- Ayer me propuso el club que jugara
desde las barras azules.
- ¿Azules?
- Sí, ¡qué disparate!
- ¿Y qué le respondiste?
- Que las azules y las rojas son para señoras.
La gran mayoría de los campos disponen de
las cuatro salidas clásicas: blancas, amarillas,
azules y rojas. En el imaginario golfístico se
relacionan estas salidas con profesional
masculino (blancas), amateur masculino
(amarillo), profesional femenino (azules) y
amateur femenino (rojas). Hoy en día esta
asignación está completamente desfasada.
Jugando para disfrutar
En la actualidad, la gran mayoría de federados
no juega habitualmente competiciones, sino
juega por placer, con amigos, familiares, y se
toman una vuelta de golf como un ejercicio
de autosuperación y de entretenimiento más
que como una competición en sí. Muchos de
ellos quieren disfrutar jugando más que
disfrutar compitiendo.
En las encuestas que ha realizado la RFEG a
los federados, éstos citan en muchas ocasio-
nes la dificultad que entraña jugar o el eleva-
do tiempo que se requiere como dos de los
principales obstáculos del golf. A esto no ha
ayudado que muchos campos de golf se dise-
ñan desde el punto de vista de la competi-
ción en vez desde el punto de vista de la
diversión del jugador.
Por un momento, pongámonos en la piel de
un grupo de jugadores que están empezando
a salir al campo –lo más seguro es que todavía
no tengan hándicap–, tienen su salida a las
9:12 horas y en el siguiente grupo, desde las
mismas salidas, salen jugadores de hándicaps
bajos. ¿Se imaginan la presión que tendrá este
grupo de golfistas noveles para jugar a un
ritmo correcto y no molestar a los siguientes
grupos? Está claro que jugar mal no implica
jugar lento, pero si se dan más golpes, es muy
difícil no tardar más tiempo.
Parece obvio pero muchos jugadores no se dan
cuenta que las diferentes barras de salida nos
permiten disfrutar de diferentes grados de difi-
cultad del campo. Cuanto más largas sean las
salidas, más difícil es el campo. Cuanto más
difícil sea el campo, más tiempo se tarda en
jugar. Lo lógico sería que, en función del
hándicap, los jugadores salieran desde unas
barras determinadas. Igual que no parece lógico
que un hándicap 20 juegue desde las salidas
blancas (azules en el caso de mujeres), no pare-
ce tampoco lógico que un hándicap 36 juegue
desde amarillas (rojas en caso de mujeres).
No obstante, no sólo es cuestión del nivel del
jugador (hándicap), también hay otros
jugadores que disfrutarían más jugando
desde otras salidas: jugadores senior y niños,
por ejemplo, independientemente de su
hándicap, deberían jugar desde unas barras
adecuadas a su juego. En estos casos, la poca
distancia que tienen los golpes de estos
jugadores hace muy recomendable que
jueguen desde unas barras más cortas.
Disfruta (más)
de jugar tu campo
Pero incluso aunque se tenga un buen nivel
de juego o una distancia suficiente, jugar
desde otras barras supone un reto. Si
estamos acostumbrados a jugar desde unas
barras, jugar desde otras más cortas nos
descubrirá que dentro de nuestro campo
existen otros campos distintos, con hoyos
completamente distintos.
En un par 5 con agua delante del green que
nunca se puede jugar a green en dos golpes,
de repente nos enfrentamos a un golpe largo
a green con sobrevuelo de agua y con
opciones de patear para eagle; pares 3 donde
se juegan hierros largos o híbridos, de
repente estamos jugando hierros cortos, etc.
Es hora de borrar de la memoria de los
golfistas esa asociación de blancas/amarillas
para hombres, azules/rojas para mujeres. Si
un campo tiene cuatro barras de salida, son
cuatro campos distintos que los jugadores
pueden disfrutar. Jugar desde salidas a las
que no se está habituado, nos hará pensar
cómo tenemos que jugar el hoyo: ¿juego el
drive y paso los bunkers? O ¿juego un hierro
corto? ¿tiro por encima de esos árboles y
acorto para llegar a green?
Puede parecer que esto sólo se pueda
aplicar a los hombres, ya que ellos, saliendo
desde amarillas, tienen más salidas cortas
para poder elegir. Pero también las mujeres
pueden plantearse jugar desde otras salidas.
No se trata sólo de que las buenas jugadoras
salgan desde azules (¡menudo reto!), sino
Más barras,
más diversión
que también se pueden plantear, como ya lo
están haciendo muchos clubes, tener unas
salidas más cortas que las rojas, llegando a
salir incluso desde un tee improvisado en la
calle.
¿Y qué pasa en competición?
Esto mismo se puede aplicar a la com-
petición. La única condición es que las salidas
estén valoradas para el sexo del jugador.
Actualmente la RFEG tiene todas las barras
valoradas para hombres y azules y rojas para
mujeres. En algunos campos no muy largos,
incluso las amarillas pueden estar valoradas
para mujeres (no se valoran para mujeres
salidas de más de 6.000 metros).
El Comité de Competición a cargo de la
prueba es el encargado de decidir desde qué
salidas se jugará la competición. Existe la
posibilidad (Circular 52/2017) de competir
por el mismo premio hándicap desde
diferentes barras de salida. El hándicap de
juego, gracias a la valoración del campo, per-
mitirá competir en igualdad de oportuni-
dades a todos los jugadores independien-
temente de las barras de salidas desde las
que salga.
Por todo ello, la próxima vez que estés
esperando a salir del tee del 1, plantéate salir
desde otras barras, descubrirás un campo
distinto, nuevos retos y más diversión.
Por Eduardo Bergé
Vocal del Comité de Campos y Hándicap
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