P
rácticamente dos años sin ganar en el Ladies European Tour era
demasiado para una potencia del golf continental como es
España. La situación no iba a durar mucho, se podía suponer, si la
lógica se cumplía. Y la lógica decía que en un año en el que hemos visto
acceder al campo profesional y al Ladies European Tour a jugadoras
como Noemí Jiménez, Natalia Escuriola o Nuria Iturrios, esta sequía
podría concluir cualquier semana, más pronto que tarde.
Entrevista
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Iturrios
El triunfo en el Lalla
Meryem Cup cambia
mucho mi calendario.
De hecho he tenido que
rehacerlo entero y ahora
tengo entrada directa
en el Evian y en el
British Open”
“
“Puedo ser la número 1”
Nuria
Por Jorge Villena
Fotos: Ladies European Tour
Así ha sido. En la quinta cita del calendario
2016, el Lalla Meryem Cup disputado en
Marruecos, fue Nuria Iturrios quien reventó
esa losa con un 65 en la cuarta y última jorna-
da que valía por su primer triunfo profesional.
Imposible encontrar una forma mejor de
estrenar un palmarés que hacerlo dando un
golpe encima de la mesa. Y vaya golpe.
Porque detrás de ese 65 (-7) hay mucho más
que un título. De forma cronológica repasa-
mos ahora con la jugadora mallorquina lo que
han sido sus años de formación, lo que está
haciendo en sus primeros pasos como profe-
sional y lo que espera del futuro. Pasen y
conozcan a Nuria Iturrios.
La formación de una estrella
¿Cómo comienza la historia de amor de
Nuria Iturrios con el golf?
Mi padre trabajaba de greenkeeper en el que
ha sido siempre mi club, Son Servera, y a eso
de los cinco años me llevó a probar. Yo iba
mucho a jugar al tenis, pero el golf fue lo que
más me enganchó. Mi hermana más peque-
ña también probó, pero no le gustó tanto
como a mí. Fui su profesora durante un tiem-
po y la cosa no le convenció. Ahí empecé… y
hasta aquí hemos llegado por el momento.
¿Siempre has sido tan competitiva?
Sí, mi entrenador –José Luis Palacios– dice
que lo que vio en mí es que no me gustaba
nada perder, que soy muy cabezona, y eso
en parte es bueno, pero no siempre, puede
llegar a ser un defecto. En cualquier caso soy
así y eso me hace competir al máximo.
Atrás has dejado una época preciosa en
la Blume. ¿Marca mucho?
Siiiiiiii, estuve cinco años, de los 14 a los 19, y
es lo mejor que me ha podido pasar. Crecí
mucho como jugadora y como persona. De
hecho, ahora mismo sigo las pautas del psi-
cólogo de la Blume, Óscar del Río, y del pre-
parador físico, Paco Fernández. Salva Luna,
Marta Figueras-Dotti... todos se portaron
fenomenal conmigo, y eso me ha ayudado a
ser jugadora profesional. Fue una ocasión
perfecta para compaginar estudios y golf, y
creo que la aproveché al máximo.