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Demuestra a tu hijo
que confías en él
Cuando los padres no confiamos
en el éxito de nuestros hijos, lo
único que le trasmitimos, sobre
todo a través del lenguaje no ver-
bal, es inseguridad y desconfianza.
Si nosotros, que somos su punto
de referencia y apoyo, no confia-
mos en ellos será complicado que
ellos confíen en sí mismos. Por el
contrario, cuando les hacemos
sentir que confiamos en ellos, en
su actitud y en sus capacidades, es
mucho más fácil que ellos confíen
en sí mismos.
En este punto es importante distin-
guir entre confiar en sus recursos y
capacidades y exigirles hacerlo
bien porque cuentan con todo lo
necesario para lograrlo. A menudo
las expectativas y deseos de los
padres son la principal fuente de
presión en las competiciones.
Confía en ellos, hazles ver que son
capaces de afrontar esa situación,
pero sin que se sientan obligados a
hacerlo bien. Esta actitud de con-
fianza sin obligación en vez de
generarles presión les ayudará a
enfrentarse al reto con seguridad y
sobre todo con tranquilidad,
sabiendo que si las cosas no salen
bien no decepcionarán a sus
padres, sino que ellos estarán ahí
para animarle, apoyarle y ayudarle
a ser cada día mejor.
Y con esta actitud es mucho más
fácil o menos difícil conseguir bue-
nos resultados, lo que a su vez
repercutirá de forma muy positiva
sobre la confianza de tu hijo.
✓
Por Óscar del Río
Psicólogo deportivo
Es muy importante
que todos los elogios y
refuerzos positivos que
lancemos sean sinceros y
ciertos, ya que de esta
forma mantendremos
nuestra credibilidad
•
No criticar ni enfadarse
por haber
cometido un error, ya que si hacemos
esto estaremos fomentando que la pró-
xima vez que se enfrente a esa situación
tenga miedo a equivocarse ante las
posibles críticas, reproches o enfados.
• Utiliza
la estrategia del sándwich
, que
consiste en seguir estos tres pasos:
1.- Antes de indicarle a tu hijo el error
que ha cometido, dile algo que haya
hecho bien o refuerza la actitud que ha
mantenido.
2.- En segundo lugar, enséñale el error
que ha cometido así como la corrección
para la próxima vez.
3.- Por último, anímale y dale toda la
confianza de cara a la próxima vez que
se enfrente a esa situación. “Verás como
la próxima vez te va a salir mucho
mejor”, puede ser una frase de ánimo y
confianza.
Sobra decir que cuando hablamos de
dejar que se equivoquen, hacemos refe-
rencia a aquellos errores que no van a
tener ningún tipo de influencia sobre su
integridad física. Errores en la toma de
decisiones en relación al palo a jugar o
la caída en un putt son buenos ejemplos
de errores que debemos dejar cometer
a nuestros hijos para que aprendan a
tomar decisiones, a leer las caídas y
también a cómo hay que afrontar los
errores.
No en vano, los errores forman parte de
la vida y evitar que no se equivoquen es
situarles en una situación irreal. Es mejor
dejar que se equivoquen, dentro de
unos límites, para que puedan aprender
de sus errores y asimilarlo como algo
natural.
Ayúdale en nuevas
tareas y situaciones
Una de las diferencias más evidentes
entre los niños de alta o baja autoestima
es su capacidad para atreverse a hacer
cosas nuevas y a explorar diversas situa-
ciones. Esta capacidad se consigue
entre otras cosas cuando no temen
equivocarse y ven los errores como algo
natural cuando suceden.
Debemos de incitar y de ofrecer opor-
tunidades a nuestros hijos para que
intenten hacer cosas nuevas, indepen-
dientemente del posible resultado, aun-
que procuraremos que esos nuevos
retos estén alcance de sus capacidades
y de su edad. Esto les hará sentirse bien
y servirá para que se sientan atraídos y
sigan enfrentándose a nuevos retos y
situaciones.
Es importante que los padres no inter-
vengamos o lo hagamos mínimamente
en estos nuevos aprendizajes o situacio-
nes, ya que de esta forma el sentimien-
to de autoestima será mayor que si les
ayudamos en exceso o, peor todavía, si
se lo hacemos nosotros.
Evita todo tipo
de comparaciones
Cada persona es única y tiene valor por
sí misma. Cada vez que comparamos a
nuestro hijo con otra persona (amigo,
primo, hermano, etc) estamos valorán-
dole, positiva o negativamente, en fun-
ción de otra persona en vez de por sus
propias cualidades o características.
Cuando haga algo mal en el golf o
fuera del golf, no pongas como mode-
lo a imitar a su compañero de partida
o a su hermano. En vez de eso insiste
en sus capacidades, en sus puntos
fuertes, anímale a mejorar y a que se
siga esforzando, ya que de esta forma
conseguirá que le salga bien. Crea en
tu hijo el hábito de ser su propia refe-
rencia y que el objetivo es superarse a
uno mismo día a día.
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Si los padres valoramos
adecuadamente a nuestros
hijos, les hacemos sentirse
valiosos, importantes y
admirables
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Taller
para padres-tutores