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golpe, apoyándose uno a otros en el compa-
ñero más cercano e inspirado en los momen-
tos más oscuros. Así fue avanzando un grupo
humano y deportivo extraordinario.
La gran final ante Inglaterra (4-3) aunó todas
estas virtudes, desplegadas asimismo anterior-
mente en el campo de Diamond Golf Club.
Antes cayeron Noruega en cuartos de final y
Suecia en semifinales, pero estos peajes ya
eran solo un recuerdo cuando españoles e
ingleses pincharon bola en el tee del uno.
Ambos equipos dotaron muy pronto de incer-
tidumbre a su espectacular duelo, ya durante
la celebración de los foursomes, donde el mar-
cador parcial señaló empate a uno en base a
los méritos generados por cada combinado.
Ángel Hidalgo y Javier Sainz plantaron cara
ante los ingleses Harry Ellis y Alfie Plant,
cayendo en la mismísima orilla final, si bien sí
obtuvieron el punto Adriá Arnaus y Víctor
Pastor gracias a una enérgica reacción en los
últimos hoyos. Con empate a un punto, los
individuales se presentaban espectaculares.
Taquicárdico
desenlace de la final
La igualdad existente en los duelos por parejas se
reprodujo con fidelidad en los partidos individua-
les, donde nunca las ventajas, ya fueran de uno u
otro bando, se antojaban definitivas. Las estre-
checes se palparon incluso en choques domina-
dos desde el principio, como el de Alejandro del
Rey ante el inglés Harry Ellis, una serie de réplicas
y contrarréplicas bien administradas por el golfis-
ta español antes de ganar por 2/1.
El mismo resultado, 2/1, reflejó el marcador
final del duelo entre Víctor Pastor y Alfie Plant,
en este caso dominado con cierta claridad
por el jugador cordobés, muy en racha desde
que acabara cuarto en el Campeonato de
Europa Individual, un buen puntal para el
equipo español durante todo el torneo.
Asimismo desequilibrado desde mitad de
recorrido, pero en este caso del lado inglés,
resultó el enfrentamiento entre Gianmarco
Petrozzi y Javier Sainz, controlado especial-
mente por el británico a partir del hoyo 12 en
lo que se convirtió en un camino sin retorno
para el español, que cedió por 3/2.
También en la balanza inglesa cayó el punto
reservado para el duelo entre Scott Gregory y
Manuel Elvira, igualdad de principio a fin
donde ninguno de los dos se permitió el más
mínimo respiro antes de que el español, en el
último hoyo, cediese por la mínima.
El marcador provisional, empate a 3, confirió
de máxima y vital importancia el desenlace del
enfrentamiento entre Adriá Arnaus y Matthew
Jordan. El vigente campeón de España
Absoluto, con el mismo aplomo y solidez que
le había llevado a gestar grandes resultados en
la presente temporada, se defendió como gato
panza arriba de los constantes ataques del gol-
fista inglés, en cualquier caso ligeramente a
rebufo en una recta final que Adriá Arnaus,
todo serenidad, acertó a gestionar a la perfec-
ción para, en el último hoyo, sumar un último
punto que valía un título, el cuarto en la histo-
ria del golf español en este Campeonato de
Europa Absoluto Masculino.
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Campeonatos
de Europa
La victoria taquicárdica en la final ante Inglaterra y la remontada en semifi-
nales ante Suecia fueron los momentos álgidos de una semana inolvidable
La victoria ante Inglaterra en el Europeo Absoluto por Equipos no fue el único
momento tenso de la semana, ni mucho menos. El elevado nivel de la competen-
cia hacía del equipo español uno de los aspirantes a superar la primera fase –lo
hacían ocho combinados de los 16 participantes–, pero no, sobre el papel, a
ganar el más preciado de los metales. Superar la fase stroke play ya fue una noti-
cia positiva, desde la séptima plaza, con seis golpes de ventaja sobre el noveno
puesto. La mala noticia era que en cuartos esperaba Noruega, segundo en esa
fase inicial. La adversidad hizo crecer al sexteto español, que doblegó al nórdico
(4-3) gracias a un emocionante y taquicárdico trance final: Manuel Elvira selló el
pase ganando su partido en el hoyo 20 del último partido. Este fue el empujón
que necesitaba España para creerse que todo era posible en el Europeo. Los riva-
les eran buenos, sí, pero los nuestros también. Un día después, ya en semifinales,
fue Suecia la que sufrió la garra española. El resultado fue el mismo (4-3), pero
esta vez el rol de héroe iba a ser para Víctor Pastor, que con un eagle en el hoyo
19 dio el punto definitivo para acceder a la final. Por la mañana se habían perdido
los dos foursomes, pero ninguna montaña era lo suficientemente alta para estos
chicos. El guión parecía de película, como finalmente fue.
Un camino
plagado de épica
¡Qué cerca estuvo el doblete!
A centenares de kilómetros de distancia, en el
mismo momento, apenas un putt, unos
pocos centímetros, alejaron a España de la
medalla de oro en el Campeonato de Europa
Sub 18 Masculino por Equipos celebrado en el
recorrido murciano de La Manga Club, esce-
nario de una épica final que acabó encum-
brando a Dinamarca y que premió a los espa-
ñoles, muy sólidos desde el principio de la
competición, con la tercera presea de plata
en la historia de este torneo. Ahí, en ese putt,
se esfumó el que hubiese sido un doblete
absolutamente histórico.
El capitán Carlos Corral y el técnico Yago
Beamonte contaron para la misión con
Alejandro Aguilera, Eugenio López-Chacarra,
Ignacio Montero, Gonzalo Leal, Borja Martín y
Eduard Rousaud, un sexteto de auténtico lujo
que arrasó desde el primer día hasta casi el
final. Casi.
España concluyó la fase previa clasificatoria
como cabeza de serie ofreciendo una magní-
fica imagen, se enfrentó con éxito a Irlanda en
la primera eliminatoria en pos del título, a la
que derrotó por 5-2, y, posteriormente, a Italia,
a la que superó por idéntico resultado. La tra-
yectoria era impecable, pero faltaba redondear
la faena ganando a Dinamarca, un golf en
auge por su fantástico trabajo de cantera.
La final, todo un canto al golf
En la gran final el combinado nórdico desplegó
sus virtudes para terminar la mañana con un 0-
2 que invitaba a la épica. El equipo español
escuchó la llamada y se puso manos a la obra.
Obligados a ganar al menos cuatro de los cinco
partidos para colgarse la medalla de oro al cue-
llo, los españoles afrontaron desde el primer
duelo individual un objetivo posible pero tre-
mendamente arduo. Alejandro Aguilera, un
auténtico ciclón ante Kristoffer Max –al que
derrotó sin paliativos por 5/4 en una demostra-
ción de fuerza y acierto–, y Eduard Rousaud,
asimismo bastión inexpugnable para el danés
Frederick Korsgaard –al que eliminó por 3/2 tras
El doblete se esfumó a pesarde que el equipo Sub 18 rindió
a un extraordinario nivelen el Europeo de La Manga,
donde solo Dinamarca pudo frenar a una España lanzada