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carició el triunfo con la yema de los
dedos, inhaló el perfume de una vic-
toria finalmente esquiva pero que
tuvo al alcance de sus manos gracias a una
actuación convincente saldada con una
merecida segunda plaza.
Sí, Daniel Berná rozó la épica durante la cele-
bración del Alps de las Castillas disputado en
la histórica Villa de Lerma, torneo integrado
dentro del Alps Tour que respondió a las gran-
des expectativas depositadas en su cuarta
edición.
Nadie salió defraudado, ni por su desarrollo ni
por su conclusión, con un golfista español,
Daniel Berná, al borde del trunfo. Un fatídico
doble bogey en el hoyo 18, el punto culmi-
nante de un torneo de fábula, situó al soriano
Daniel Berná en la segunda posición, a dos
golpes del francés Víctor Pérez, que reaccio-
nó con tres birdies en los tres últimos hoyos
para llevarse la victoria.
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Daniel Berná
Alps de
las Castillas
roza la épica en Lerma
Fotos: Organización Alps de las Castillas
El español acarició el triunfo hasta el hoyo final, donde fue penalizado por
un doble bogey que otorgó la victoria al francés Víctor Fernández
Un escenario noble,
un desarrollo espectacular
La visita del Alps Tour a España en el ya clásico
Alps de las Castillas tuvo el escenario más
noble. La tradicional y emblemática Villa de
Lerma, lugar de paso y centro de la vida cor-
tesana, recibía en Lerma Golf Club a más de
un centenar de jugadores dispuestos a bata-
llar por una prestigiosa victoria.
De entre todos ellos, el soriano Daniel Berna
dio un paso al frente con dos rondas de 67 y
68 golpes para llegar a la última jornada con
opciones a todo, a sólo dos impactos del
líder, el francés Víctor Pérez, que afrontaba la
recta final confiado pero con reservas, una
mezcla de sentimientos que afloraron a lo
largo de una ronda final de infarto.
El inicio no pudo ser más intenso. Daniel Berná
firmaba tres birdies y un eagle en los cinco pri-
meros hoyos para situarse de líder con autori-
dad, por delante del golfista galo, cuyos inicios,
nada fino, le impedían encontrar el rumbo idó-
neo. No obstante, Víctor Pérez compensó en el
momento oportuno sus primeros errores,
enmendando una situación comprometida
mediante birdies de los hoyos 8 y 9.
A pesar de dos bogeys de Daniel Berná en el
hoyo 6 y en el hoyo 8, el golfista español se
repuso con otro brote de birdies –en los
hoyos 12, 13 y 14– que le permitían saborear
la miel en los labios. Paralelamente, sin
embargo, Víctor Pérez adquiría velocidad de
crucero, sin tirar la toalla en ningún momento
a pesar de la creciente presión del jugador
soriano.
Y en estas que llegó el hoyo 18, el punto y
final a una magnífica competición. Y en estas
que Daniel Berná salió a por todas… antes de
tirar la bola al agua y perder sus opciones de
triunfo a pesar de entregar una sobresaliente
tarjeta de 68 golpes. “Dudé si pegar la made-
ra 3 o el drive, y finalmente jugué la madera
y la mandé al lago. Después, sacada de bun-
ker y dos putt”, comentaba con gesto contra-
riado en la mesa de entrega de tarjetas.
Trastorno español,
felicidad gala
Como suele ocurrir en muchas ocasiones, el
tropiezo final coincidió con el exacerbado
acierto del rival. En esta ocasión Víctor Pérez
lograba encadenar tres birdies en los tres últi-
mos hoyos que resultaron obviamente decisi-
vos para sumar 68 golpes, un buen registró que
propició su primera victoria en el Alps Tour.
“Estoy feliz. No empecé muy bien pero con-
seguí mantener la calma y tener paciencia. En
la segunda vuelta no lograba hacer birdies,
pero fui hoyo a hoyo, luchando, y al final lle-
garon los tres juntos. Llevaba varios torneos
dejándome opciones de victoria y por fin lo
he conseguido. Trataba de no mirar los resul-
tados y estar centrado, y al final lo conseguí”,
aseguraba muy feliz al terminar el francés
Víctor Pérez en un torneo donde, del resto de
golfistas españoles, destacaron Toni Ferrer,
Alfredo García Heredia y Ander Martínez,
todos ellos empatados en la décimo tercera
posición.
La entrega de premios al ganador se celebró
justo al terminar el juego. Bien es cierto que
Víctor Fernández se llevó una gran ovación,
pero también lo que es que Daniel Berna reci-
bió asimismo otra bien grande y cariñosa, la
recompensa de rozar la épica en Lerma.