¿Y cómo afrontaste ese play off?
Fue complicadísimo. Yo llegué muy cansado
después de toda la semana jugando y entre-
nando, pero Miguel Dorrondoso (técnico del
Comité de Golf Adaptado), que me hizo de
caddie esa semana, me ayudó muchísimo
con sus consejos.
Qué bueno es tener un técnico como
Miguel en el comité, ¿no?
Y tanto. No solo es buen entrenador, sino que
es de esas personas que hace piña con todos.
Eso ayuda mucho cuando estás una semana
fuera.
Y luego fuiste tercero en el Campeonato
del Mundo en el campo estadounidense
de Pumpkin Ridge Golf Club, en Portland.
Cuéntanos la experiencia.
Fue muy positiva. Hace un par de años, en
Japón, ya fui décimo en el Mundial, y ahora
tercero. La verdad es que esa semana jugué
suficientemente bien como para ganar, creo,
pero no todas las veces se da todo bien. ¡Se
me escapó la triple corona! En esta ocasión
conté con la buena ayuda de Álvaro
Fernández-Ochoa, otro jugador cántabro. Me
aportó mucho.
¿Has notado de manera significativa el
salto de calidad con los rivales en este
torneo?
Sí, se nota. En Europa la gente juega bien,
pero cuando sales alucinas con el nivel de
asiáticos, coreanos, sudafricanos,... pero
sobre todo de los norteamericanos. El gana-
dor del Mundial, Mark Pfeiffer, es jugador del
Web.com, o sea que no es un ‘chancletero’
de club. Hay más de un profesional en estos
torneos.
¿Tú camino va por ahí?
Lo quiero intentar en breve, mi sueño es ser
profesional. Me gustaría poder jugar torneos
de Golf Adaptado y compaginarlos con
pruebas del Alps Tour y del Circuito Meliá.
Este año quedé en el puesto 40 en el
Circuito de España de la PGA sin hacer un
buen golf. Creo que puedo hacerlo mucho
mejor.
Hace unos años nos comentabas que tus
dos grandes ídolos eran Seve Ballesteros
y Miguel Ángel Jiménez. ¿Has sumado
alguno más?
¡Sí! Me impresionó mucho Henrik Stenson, al
que vi el año pasado en el British Open, ¡qué
forma de patear! También me gusta mucho el
drive de Dustin Johnson, pero a quién no.
“Mantengo una gran
relación con Jon Rahm”
Este curso pasado pudiste compartir
concentración con el Grupo de Trabajo
Masculino. ¿Qué sacaste de la experien-
cia?
Sí, estuve en Escorpión con ellos y fue algo
buenísimo para mí. Compartí unos días fan-
tásticos con grandes jugadores que son de mi
edad y que me pueden aportar mucho, tanto
ellos como los técnicos. Físicamente el nivel
de esas concentraciones es altísimo.
Tú que has estado con todos ellos, ¿hay
alguno que tú veas que tiene pinta de
crack? ¿Un nuevo Jon Rahm por ahí?
Es que allí, en Escorpión, ya estuve con Jon
Rahm, y puedo decir que mi relación con él es
estupenda, es un gran chico. Le ves dar bolas
en la cancha y ves que es bueno, pero no
mejor que otros. Sin embargo, casi nadie
tiene su cabeza y su putt. Dice que no falla…
y no falla. Además de Jon, me llamó mucho la
atención Íñigo Beñarán, me parece un juga-
dor muy pícaro.
No a la prótesis…
de momento
Nos contaron que podías llevar prótesis
pero no te apetece. ¿No te aportaría
nada a nivel golfístico?
Me siento más cómodo sin prótesis, pero
admito que con una bien acoplada el equili-
brio es mucho mejor, no hay comparación.
Yo ahora mismo necesito estar perfecto físi-
camente para darle bien a la bola. Con una
prótesis tienes más margen de error. Pero
ahora mismo no tengo ni ganas ni encuentro
un modelo de prótesis que se acople bien a
mí, así que de momento no pierdo más el
tiempo.
¿Qué te ha aportado el golf a ti?
Pues empecé con 13 años con mi abuelo y
me ha aportado valores como la disciplina y la
constancia. Te ayuda a querer salir de casa, te
permite hacer amigos con los que compartir
algo, ves mundo, conoces gente... son
muchas cosas. Antes había hecho mucho
esquí y navego cuando puedo, es algo que
me gusta mucho
¿El sueño de acudir a unos Juegos
Paralímpicos está en el aire?
Sin duda. En la vida me gusta ser optimista y
creo que tarde o temprano seremos deporte
paralímpico, pero antes hay muchas cosas
que cambiar. El Golf Adaptado es muy ama-
teur todavía, debemos ponernos todo de
acuerdo: americanos, europeos,... solo así
será posible.
Y fuera del deporte, ¿cómo es Juan
Postigo?
Soy un chico normal, al que le gusta estar con
los amigos y con la familia –somos seis her-
manos–, me gusta el deporte, conocer
gente. Lo dicho, un tipo normal.
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El golf me ha aportado
valores como la disciplina
y la constancia. Te ayuda
a querer salir de casa, te
permite hacer amigos con
los que compartir algo,
ves mundo, conoces gente...
son muchas cosas
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Entrevista
Juan Postigo