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No en vano, se ha convertido en afortunada
práctica habitual que los representantes
españoles ocupen posiciones de privilegio en
cada una de las citas, convirtiéndose en ani-
madores fijos e indispensables de todas ellas.
Esta presencia continua en la parte noble de las
clasificaciones de todos los torneos, cuando no
acaparando las primeras posiciones –no hay
más que mirar los brillantísimos resultados cose-
chados durante 2017, una temporada sin duda
inolvidable para el golf español– induce a pen-
sar que en el Open de España la situación será
similar, con posibilidades reales de que un espa-
ñol incremente el palmarés de una competición
de raigambre, sumándose a los Severiano
Ballesteros, Sergio García, Álvaro Quirós y Miguel
Ángel Jiménez, los últimos españoles en levan-
tar el trofeo de campeón de este Open.
Lo que sí está confirmado es la presencia de
cuatro golfistas amateurs de élite que aprove-
charán la oportunidad para incrementar su
experiencia en un torneo donde convivirán y
competirán con curtidos jugadores profesio-
nales. Los elegidos para la ocasión han sido
tres de los integrantes del equipo español
que ganó el Campeonato de Europa Absoluto
en 2017: Víctor Pastor, Ángel Hidalgo y
Alejandro del Rey, golfistas con calidad sufi-
ciente para hacer grandes cosas.
Asimismo ha adquirido este privilegio el inglés
Billy McKenzie como reciente ganador del
Internacional de España Amateur Masculino
celebrado en el Real Club La Manga.
Open de España
2018
El desenlace de la edición 2013 del Open de España pasó a los anales de la historia de
este torneo y a punto estuvo de inscribirse igualmente en los registros del European Tour,
y todo porque el francés Raphael Jacquelin, junto al alemán Maximilian Kieffer y al chileno
Felipe Aguilar, todos ellos empatados a 283 golpes tras 72 hoyos de competición, prota-
gonizaron un agónico esfuerzo suplementario que se dilató durante nueve hoyos más, glo-
ria suprema para Raphael Jacquelin, penitencia pagada con el tercer puesto para Felipe
Aguilar –eliminado en el tercer hoyo de playoff– y con la segunda plaza para Maximiliam
Kieffer, el último en descolgarse de una lucha absolutamente extrema que superó el récord
de hoyos de desempate en un Open de España –cuando Eduardo Romero ganó a
Severiano Ballesteros en 1991– e igualado el establecido en el Circuito Europeo en 1989
en el Open de Holanda, cuando José María Olazábal consiguió un triunfo similar tras agóni-
ca lucha con Roger Chapman y Ronan Rafferty.
Un playoff
de récord