RFEGolf122 (marzo - mayo 2021)

rfeg olf 55 He construido un humilde campo rústico en Fuentesoto Nunca fui un detractor del golf, pero al principio sí indiferente. Ahora, en cambio, lo defiendo de un modo incondicional y solo le veo aspectos positivos y unos valores que en estos tiempos escasean. Cómo ha podido atraparme el golf que incluso he construido un humilde campo de golf en las eras de Fuentesoto, pueblo de la provincia de Segovia, con la inestimable ayuda de unos buenos amigos que fueron a los primeros que infecté con el virus del golf. José Luis, Jesús, Harry y otras buenas personas que han echado una mano para adecentar un campo rustico con 8 hoyos y agujeros como sartenes, donde todo se juega con un palo, con nuestras propias reglas, con el único objetivo... de que todo el mundo disfrute. Un pueblo en el que nadie había tenido nunca contacto alguno con el golf y donde cada año hacemos un torneo en el que compiten hasta 56 personas. El resultado es que 5 ó 6 de ellos están dando clases, practicando en canchas, algunos ya federados. Hay un pensamiento que les digo el primer día y que suelo decir a todo el que opina que el golf es de ricos: “de ricos es TODO, si eres rico en tiempo, en condición física y en dinero, te puedes permitir hacer el deporte o actividad que quieras. Si te decides por el golf será por algo más ¿no?”. Deportistas de élite, empresarios, políticos, actores, presentadores de televisión, toreros… están enganchados al golf porque evidente- mente tiene algo más, mucho más. Hay muchos padres que han descubierto que es una actividad segura para llevar a sus hijos a tomar clases. La distancia viene dada por la propia actividad, al aire libre, y sus hijos aprenden algo de golf y mucho de normas de educación, cortesía, puntualidad, competitividad y amistad. Si el niño o niña destacan en este deporte, hay un trabajo fantástico de las Federaciones para apoyar y coordinar su evolución. Como se puede ver, estoy entregado al golf igual que al olor a gasolina y muy agradecido a todas las personas con las que trabajado y me han aportado formas de hacer fotoperiodismo deportivo... María Acacia, Carlos García Hirschfeld, Oscar Díaz, Ós- car Maqueda, Carmela Fernández, Olof Samuelson y tanta y tanta gente interesante que la lista seria enorme de completar. ¡Gracias a todos! 3 Yo también juego al golf 54 rfeg olf Es cierto que el mundo del motor me ha dado y me sigue dando grandes alegrías, pero también lo es que vivir el mundo del golf desde dentro, como fotógrafo profesional, también. He tenido la suerte de vivir los torneos más llamativos, más originales y divertidos que se han hecho. La Salmes Cup, por nombrar uno, es un ejemplo de vivencia, un derroche de imaginación, com- petición, buen rollo y glamour. Casi 100.000 km al año para hacer fotos de golf Podría nombrar muchos torneos magníficos. Durante mucho tiempo he recorrido cerca de cien mil kilómetros al año para hacer fotos en cerca del centenar de torneos. Agotador a veces, pero ni una queja, siempre volviendo con esa satisfacción del trabajo bien hecho, casi siempre cantando con el equipo canciones de los 80 y 90, porque Carlos Marín, buen organi- zador de torneos además de amigo, se las sabe todas. Además, el golf es la mejor herramienta business que existe, la mejor fórmula de fideli- zación de clientes. Un deporte en el que pue- des jugar con un cliente y nunca es tu rival, por- que siempre compites contra el campo, por- que puedes aplaudir un buen golpe de tu com- pañero de juego y viceversa. En las cuatro horas y media que dura una partida de golf tienes tiempo de hablar de muchas cosas, compar- tiendo una afición común. Definitivamente, el golf promueve el buen ambiente. En el aspecto deportivo, para mí, el golf es un mundo de sensaciones a veces inexplicable. Un día puedes jugar sorprendentemente bien, te sientes un profesional, y las 10 o 15 veces siguientes te arrastras por el campo. Pero esos días de buen juego son tan escasos y tienes unas sensaciones tan especiales, que te enganchan al golf para siempre. Otra de las ocasiones en las que me siento afortunado es cuando trabajo en los torneos profesionales. Son competiciones en los hasta el más mínimo detalle está cuidado de una forma exquisita. Las genialidades de los juga- dores influyen en la calidad del trabajo del fotógrafo, hay que estar atento, ser intuitivo para interpretar cuándo puede ocurrir algo excepcional, patear el campo lleno de objeti- vos pesados. Tienes ocasión de contactar con los ídolos del golf, incluso entablar relaciones de amistad con algunos. Sergio Garcia, Jon Rahm, Chema Olazábal, Rafa Cabrera… de los que soy defensor sin fisuras… si bien el jugador por el que siento un especial cariño es Miguel Angel Jiménez. ¡Qué carrera tan impresionante y qué gran persona! El golf profesional nacional también me ha permitido hacer también muchas amistades. “Las genialidades de los jugadores influyen en la calidad del trabajo del fotógrafo, hay que estar atento, ser intuitivo para interpretar cuándo puede ocurrir algo excepcional, patear el campo lleno de objetivos”

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