Más golf
Texto: Miryam Pi
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club. Cuando llegué lo vi: no dogs, no
ladies. Ni perros ni mujeres. No me deja-
ron entrar. Les dije que tenía cita con
Piñero, pero me señalaron el cartel. Ni
perros ni mujeres. Estaba diluviando.
Como mucho me dejaron cobijarme
bajo el paraguas de la persona de segu-
ridad. De ahí no pasé” recuerda María
Acacia López-Bachiller, actual jefa de
prensa del circuito europeo en España.
Marta Figueras-Dotti, jugadora profe-
sional española no sufrió esta normativa
en Saint Andrews pero “en otros cam-
pos sí. De hecho me afectaba en la sim-
ple entrada a los campos de golf.
Concretamente me acuerdo en Royal
Birkdale donde gané el British Open. En
su día vi un cartelito que estaba en la
entrada que decía: “No women or dogs
allowed”. Eso ya me pareció bastante
fuerte pero luego lo vi en otros campos
del Reino Unido. Asumí que si no deja-
ban ni entrar a las mujeres a jugar,
¡como iban a dejar que fueran socias!
Ahora nos alegramos de que se haya
anulado esta norma pero durante años
ha sido “una clara discriminación hacia
la mujer golfista que tanto aporta al
mundo del golf, en todos los sentidos.
No tenía mucho sentido que no dejaran
entrar como socias a las mujeres cuan-
do dentro de muchos ámbitos ¡son las
que controlan el mundo!” dice Figue-
ras-Dotti.
Este cambio de normativa se ha hecho a
menos de un año de los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro, los prime-
ros en los que el golf volverá a ser
deporte olímpico. Cada paso es un pasi-
to más hacia la igualdad en el mundo
del golf y un pasito más para hacer más
grande este fantástico deporte.
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Saint
FIN DE LA PROHIBICIÓN
A
mediados de septiembre el mun-
do del golf dio un gran paso que
hacía tiempo que se esperaba. El cono-
cido campo de golf Saint Andrews apro-
bó la aceptación de socias con un 85%
de los votos de los socios masculinos. Se
ponía fin así a casi tres siglos de unos
estatutos que impedían, amparándose
en la tradición, la entrada de mujeres en
su casa club y por lo tanto, a ser socias.
La realidad era aun más hiriente ya que
el cartel de entrada prohibía la entrada
de perros y de mujeres, en este mismo
orden y comparación. Así de rancio y así
de cruel. Pero esto ya forma parte de un
pasado que ha quedado atrás pero no
por ello se ha olvidado. “En 1979 se ju-
gaba en Saint Andrews el PGA británi-
co. Yo trabajaba para una agencia de
viajes británica que organizaba el des-
plazamiento de los jugadores por Euro-
pa. A varios golfistas españoles y a mí
nos habían invitado a cenar…yo había
quedado con Manolo Piñero en la casa
CON UNA VOTACIÓN DE SUS MIEMBROS ASOCIADOS MASCULINOS, SAINT ANDREWS HA ACCEDI-
DO A ELIMINAR EL VETO QUE DESDE 1759 IMPEDÍA A LAS MUJERES ENTRAR EN LA CASA CLUB Y SER
SOCIAS. HAN SIDO AÑOS Y AÑOS DE DISCRIMINACIÓN FEMENINA QUE POR FIN, A MENOS DE UN
AÑO DE QUE EL GOLF VUELVA A SER DEPORTE OLÍMPICO, HAN QUEDADO ATRÁS. LA REALIDAD
ACTUAL ES QUE LA CUNA DEL GOLF ABRE LAS PUERTAS A LAS MUJERES GOLFISTAS.
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