G
olf es Salud’ es mucho más que un
lema. Es una afirmación que se
apoya en un buen número de histo-
rias personales recogidas a pie de campo. Con
los años se vuelve más complicado, lógica-
mente, practicar deportes agresivos para las
articulaciones, y es entonces, en algunos
casos en torno a los 50 años, en otros a los 60,
cuando muchas personas se asoman al golf.
¿Y qué descubren? Pues fundamentalmente,
un deporte maravilloso y calidad de vida.
Asómense a esta serie de relatos de jugadores
de golf tardíos. En ellos está la clave para saber
por qué cada vez son más los médicos que
recetan golf como prescripción facultativa.
rfeg
olf 17
16
rfeg
olf
Reportaje
Rosario ya puede
‘no pensar en nada’
Rosario Morgado está bajando hándicap con
esfuerzo y dedicándole unas cuantas horas a
la semana. Es alumna de la Escuela de Golf
del Centro Nacional de Madrid desde hace
unos años, cuando aprovechó la cercanía de
las instalaciones con su domicilio y tiró de su
marido, su hija y hasta del yerno para saber
de qué iba eso del palo y la bola.
“Nos enganchó de tal forma que ya hemos
hecho viajes de golf, de jugar varios días segui-
dos y nos los pasamos en grande en familia”,
añade Rosario, que también juega algunos tor-
neos con compañeros de la Escuela.
Lo que le apasiona del golf es poder estar “unas
horas al aire libre, andar aunque sea solo nueve
hoyos y terminar como nueva. Es una sensación
que no he sentido en ningún otro deporte. ¡Y
mira que soy deportista! Pádel, baloncesto...
pero lo que sientes después de hacer 5 ó 6 kiló-
metros es algo único”, explica esta entusiasta
federada a la que le encanta poder estar unas
horas “sin pensar en otra cosa, solo en el
siguiente golpe, abstraerte del mundo”.
“Además, el golf es un deporte que te descarga
la tensión y hace que se te olviden esos peque-
ños dolores que uno pueda tener de espalda,
por ejemplo. Te libera mucho. Al margen, claro,
de lo bueno que es para la circulación y el cora-
zón”, agrega. Pero, “ah, no dejes de decir que
es una actividad en la que el juego limpio es
fundamental”, recalca Rosario. “En el campo se
ve cómo es cada uno”, concluye.
El antídoto para
el insomnio estaba en el golf
Para José Fermosell, dueño de un restaurante
madrileño y persona tremendamente activa,
hace cuatro años comenzó una nueva vida
como deportista. Sufrió una caída en la que se
rompió la escápula y tuvo que renunciar a la
práctica asidua de deportes que le quitaban el
poco tiempo libre que tenía. Y ahí apareció el
golf. Como tantas y tantas veces, es una perso-
na cercana quien dijo las palabras mágicas:
¿Por qué no te acercas un día conmigo a la can-
cha y das unas bolas? “Y solo con levantar el
palo me di cuenta de que ese era mi deporte”,
afirma José tajante, quien lamenta tener poco
tiempo para atender a esta pasión, ya que con
un negocio propio es difícil sacar horas.
El Golf
como fuente de salud
Fotos: Fernando Herranz