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Teresa Moreno, una “antidepor-
te” enganchada al golf
Por su parte, Teresa Moreno es una persona
activa profesionalmente que no practica el
golf por salud, pero que no deja de encon-
trarle virtudes en este ámbito al que conside-
ra su deporte. “Camino al aire libre y veo que
es una actividad que voy a poder practicar a
cualquier edad”, señala.
Comenzó a jugar hace doce años, cuando un
familiar de su marido le recomendó hacer un
deporte que le tenía ganado. “Empezó mi
marido, se enganchó y detrás fui yo. Me picó
mucho lo difícil que parecía darle a la bola
con el palo. ¿Cómo no iba a conseguir hacer-
lo? Y hasta ahora”, dice entre risas.
Detrás de la curiosidad, Teresa encontró
muchos beneficios que le han ayudado espe-
cialmente a tomarse la vida con más relaja-
ción. “Es que con el golf me olvido un poco
de todo, me concentro en cada golpe y des-
pejo mi mente. Es estupendo para eso y para
conocer gente, es muy social”, señala.
Todas estas bondades se las transmite a ami-
gos y familiares que, como ella era, son “anti-
deporte”, aunque, eso sí, les advierte de algo
importante: “¡Cuidado, que engancha!”
No obstante, este apasionado federado
asegura que cada vez trata de alargar
ese tiempo. “¿Sabes qué es lo mejor
que me ha dado el golf? Salud. Yo era
una persona adicta al trabajo, no hacía
otra cosa, y ahora juego cuando puedo
y estoy fenomenal, mucho más relaja-
do”, argumenta.
Pero no se queda ahí la cosa: la mejoría
es notable tanto de día como de noche.
“Siempre dormía con pastillas, las nece-
sitaba para conciliar el sueño y descan-
sar. Desde que juego al golf ya no las
uso. ¡Debe ser porque sueño con golf!”,
cuenta a medio camino entre el asom-
bro y la euforia.
Este salto cualitativo en su nivel de vida
le ha llevado a convertirse en un magní-
fico embajador del golf. “Se lo reco-
miendo a todo el mundo. En el restau-
rante mando a mucha gente al golf, a
que prueben, porque a partir de una
edad en la que tienes más tiempo libre
es todo un planazo. Hay muchos viajes
a hoteles muy buenos con campos de
golf en los que reservar de domingo a
jueves es una ganga, y el fin de semana
que jueguen los jóvenes”, sentencia.
Carmen, más activa
y joven gracias al golf
Nada como vivir cerca de una instalación
pública para que se multipliquen las
opciones de conocer de cerca el golf. Eso
le pasó a Carmen Gilgado, que vio cómo
el Centro Nacional, frente a su casa, con-
vertía un vertedero en uno de las instala-
ciones de golf más populares de Madrid.
“Jugaba mucho al tenis, pero necesitaba
otro deporte en el que sufriesen menos las
articulaciones. Había que probar, pensé. Y
me vino fenomenal, me enganché desde
el primer día”, cuenta con pasión.
Una de las cosas que más le agradan del
golf es el poder compartir un deporte
con su marido y con amigos. “Es estupen-
do porque nos permite estar activos y
jóvenes. Jugarlo con asiduidad hace que
no te duela nada, estás al aire libre y te
hace ver el día de otra forma. Además, el
poder competir diariamente contra ti
mismo es un plus de motivación”, explica.
Risas y diversión forman parte de su menú
diario, algo que convierte el golf en una
actividad altamente recomendable. “Hay
gente de más de 50 años que dice que
empezar de cero es complicado, que si es
tarde... ¡Para nada! Muchos hemos empe-
zado a esa edad y estamos mejorando y
pasándolo fenomenal. Tengo ahora una
nieta de 2 años, y en cuanto crezca un
poco más, se viene al golf”, cuenta
Carmen, para quien la salud es una de las
grandes beneficiadas del hobby que prac-
tica desde hace una década.
Las satisfacciones de José
practicando este deporte
Jubilado y con ganas de bajar de hándi-
cap, José Barahona aprovecha para jugar
al golf en compañía de su mujer cuando
tiene ocasión. Al menos un par de días a
la semana. Era un asiduo de las pistas de
tenis, pero las rodillas no le permitían
seguir con un deporte menos benévolo
con las articulaciones. Y llegó el golf.
“Nos hemos enganchado mucho.
Empezamos mi mujer y yo a dar clases a
la vez y conocimos algo fabuloso. Cuatro
horas caminando por naturaleza es una
actividad fantástica para cualquiera, nos
da muchas satisfacciones”, dice.
Vecinos y amigos ya conocen la pasión de
José por el golf. “A todos les animo y les
cuento todo lo bueno que me ha pasado
jugando al golf”, asegura antes que reco-
nocer que los días que no hay golf toca
caminar para no perder la costumbre de
estar activo, pero admite que entonces
“se echa de menos la bolita”.
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Siempre dormía con
pastillas, las necesitaba
para conciliar el sueño y
descansar. Desde que
juego al golf ya no las uso.
¡Debe ser porque sueño
con golf!”, cuenta José
“
Reportaje
Para Rosario “el golf es un deporte que te descarga la tensión y hace
que se te olviden esos pequeños dolores que uno pueda tener”