RFEGolf 114 (marzo - mayo 2019) - page 88-89

más futuro. También le tengo mucha fe a Jorge
Campillo. Lleva un par de años muy sólido y
tiene toda la pinta de que está a punto de
romper el cascarón, como llamamos a ganar
por primera vez.
En tu blog haces referencia a las nuevas
Reglas de Golf, ¿qué opinión te merecen?
Las nuevas Reglas me gustan mucho en
general, pero es como todo, llevamos 35
años jugando con unas Reglas y cuando
cambias se te hace raro. La primera reacción
siempre es de rechazo, pero las he leído
detenidamente, las he podido estudiar, y lo
cierto es que me gustan. Cambian cosas
como el tema del dropaje a la altura de la
rodilla, que así a simple vista suena ridículo.
Entiendo que se penalice a alguien por
dropar mal, por intentar sacar ventaja
dropando, pero en el caso de Rickie Fowler en
uno de los últimos torneos, dropando por
encima del hombro, dudo que pueda
obtener alguna ventaja. Más bien sería lo
contrario. Pero no es una crítica, eh. La Reglas
están ahí para todos y nuestro deber es
cumplirlas, y si no se las cumplimos, pues
seremos penalizados, y ya está.
Hemos leído también que estás traba-
jando con el sistema Focus Band para
manejar los estados de concentración.
La
psicología es fundamental, especialmente
cuando las cosas no van del todo bien. En esos
momentos la cabeza empieza a dar
demasiadas vueltas y es fácil entrar en círculos
viciosos. Igual que trabajamos la parte física o
técnica, también hay que entrenar a diario la
psicológica. Cuando las cosas me iban bien en
el campo de golf, apenas le daba importancia
a la cabeza, porque igual que hay círculos
viciosos también los hay virtuosos. Ahora he
empezado con Focus Band, en concreto con
Jason Goldsmith, que trabajó en su día con
Jason Day y trabaja ahora con Justin Rose. Es un
método muy interesante para conseguir ese
estado de consciencia presente, por llamarlo
así, en el que utilizas tu parte derecha del
cerebro y no la izquierda para pensar lo menos
posible y dejar que el atleta actúe. Ese sería el
objetivo del Focus Band, desarrollar una rutina
que haga que ese atleta, ese niño, juegue y no
piense demasiado.
Cambiando de tema, eres una persona
popular y activa en Redes Sociales, donde
no tienes miedo a mostrar tus opiniones
sobre diferentes temas de actualidad, ¿has
pensado alguna vez en ‘cortarte’ en
Twitter?
¡No sabéis lo que me corto! Sí, me
gustan las RRSS y no soy nada políticamente
correcto, eso ya lo sabéis. Me gusta dar mi
opinión y me muerdo la lengua, y mucho.
¿Qué opinión te merecen las redes
sociales, en genérico?
A excepción de
Twitter, no estoy muy metido. No tengo ni
Facebook ni Instagram. Twitter te mantiene
informado y tienes cierta interacción con los
aficionados. Me imagino que los sponsors y
demás tendrán muy en cuenta cuántos miles
o millones de seguidores tienes, aunque en
mi caso no se iban a encontrar muchos. Hay
que tener cuidado, ya que se difunden
muchos bulos, pero bueno, me entretiene,
sobre todo en esos ratos que estoy solo.
¿Ves recomendable un circuito como el
Web.com?
Por supuesto. Es un circuito súper
competitivo en el que hay que jugar muy bien
para conseguir plaza en el PGA Tour. Es el único
camino para llegar junto con el Top 50 mun-
dial. Cualquier chico joven con aspiraciones de
jugar en el PGA debe saber que el Web es el
camino, pero es verdad que no es fácil porque
es un circuito muy complicado.
El año pasado jugaste 34 semanas,
compaginando Web.com y European Tour.
¿Cómo resultó la experiencia de jugar y
viajar tanto?
Fue un poco locura. Ya no tengo
25 años y estar fuera de casa tantas semanas,
sin ver a los niños, no es plato de buen gusto.
En total fueron unos 200.000 kilómetros en
avión, pero mereció la pena. Conseguí la tarjeta
europea en esa última semana en Valderrama,
pero lo malo fue que me quedé a las puertas
en el Web, en el puesto 76. De forma que no
fue todo lo positivo que me hubiera gustado,
pero aun así el esfuerzo mereció mucho la
pena. En lo físico y en lo mental es una paliza,
eso sí. Este año espero que sea todo más
tranquilo y pueda dosificar de cara a los últimos
años que me quedan a nivel competitivo.
¿En este tiempo has echado de menos
competir con asiduidad en el European
Tour?
Sí, mucho. No cabe duda de que aquí
es donde me siento más cómodo y aquí
están mis amigos. Me lo paso mejor. En EEUU
uno está mucho tiempo solo, todo el mundo
va más a su bola. Pese a que me acogieron
con mucho cariño, sí es verdad que el
americano es más individualista. En el ET se
hace más piña, y eso hace que fallar un corte
sea más agradable. Sabes que luego saldrás a
cenar, te echarás unas risas con tus amigos y
te olvidarás un poco de lo que ha pasado en
el campo. En soledad es todo más
complicado. Además, también he echado de
menos al staff, árbitros... En este circuito he
estado diez años de profesional, y eso marca.
Con el calendario en la mano, ¿a qué
torneos les tienes más ganas en este
2019?
Me apetecía mucho la gira del desierto,
y especialmente el torneo de Qatar, que
siempre me ha gustado mucho por el campo,
las condiciones en que se juegan… pero he
fallado el corte. Mirando el calendario me
apetecen mucho Valderrama, que va a ser un
torneazo y que además reparte plazas para el
Open Británico, y el Open de España, que si se
juega finalmente en el Club de Campo Villa de
Madrid será otro plus, ya que es donde yo crecí
como jugador. En definitiva, es un calendario
curioso el que se ha quedado con el
movimiento del PGA Championship a mayo y
de The Players a marzo. Parece que nuestros
platos fuertes estarán en junio-julio y
septiembre-octubre, así que habrá que
organizarse bien para llegar con fuerzas a esos
tramos de temporada. Además, me ilusionaría
jugar un ‘major’, especialmente el US Open,
que se celebra en Pebble Beach. Jugaré las
previas para intentar hacerme con una plaza.
¿Cómo ves a la joven hornada de golfistas
profesionales españoles?
No cabe duda de
que hay jóvenes que vienen pegando fuerte.
De Otaegui no te puedo decir mucho porque
no he podido jugar con él, pero a la vista de los
resultados no cabe duda de que es un gran
jugador, se le da especialmente bien el Match
Play y va a tener un futuro brillante. En cuanto
a Adriá Arnaus, es un golfista espectacular, con
una potencia tremenda y un gran talento
natural, ojalá le vaya fenomenal. Ambos son
posiblemente los dos españoles jóvenes con
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Entrevista
Este año le tengo
especiales ganas
a Valderrama y
al Open de España,
especialmente si se
juega en el Club de
Campo Villa de
Madrid, donde crecí
como jugador”
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“Otaegui tiene un futuro brillante,
Arnaus es un golfista espectacular
y Campillo ganará pronto.
Está a punto de romper
el cascarón”
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