RFEGolf 99 (junio - agosto 2015) - page 16-17

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278 razones para ganar el
Open de España
Y llegó la ronda final, donde James Morrison
aplicó eficacia y sobriedad a todas sus accio-
nes, sin duda el camino adecuado para acabar
en lo más alto de la clasificación. No obstante,
fue Miguel Ángel Jiménez quien transmitió las
mejores sensaciones y las mayores alegrías,
una forma de encarar cada tee de salida, de
dirigirse al público mediante una mirada y
unos gestos cautivadores, de afrontar todos los
hoyos con valentía, de responder a la devoción
de su público con actitud torera, acariciándose
la gorra cual montera, lo que acabó por gene-
rar una electrizante corriente de simpatía
recompensada, además, por una más que
meritoria segunda plaza.
“Me he dejado varios putt de 2-3 metros a lo
largo de la vuelta”, reconoció con un toque la
lástima quien siempre aspira a más y más, a
alcanzar lo más alto, a luchar siempre hasta el
último instante, ese jugador carismático que
volvió a blandir el palo cual estoque y marcarse
su particular baile ‘
moonwalker
‘ cuando, toca-
do por la varita mágica de los dioses, apuntó un
extraordinario eagle en su tarjeta en el hoyo 5.
Embalado por esa maravillosa actitud gana-
dora, Miguel Ángel Jiménez volvió a arañar
golpes al campo en el hoyo 6, en el 8, en el
12…, una carrera hacia el cielo que no fue
más contundente porque la renta adquirida
por James Morrison a primera hora de la
mañana era excesivamente grande como
para obrar el milagro.
De hecho, James Morrison, un jugador que
construyó en el RCG El Prat la mayor de sus
hazañas, huérfano hasta ese momento de
títulos de relumbrón en su currículo –sólo el
más modesto Open de Madeira 2010 figura-
ba en su cinturón de éxitos–, se limitó a ofre-
cer una actitud pulcra y académica durante la
última ronda, una sucesión de pares, salpica-
da únicamente por dos birdies en los hoyos 5
y 9 y otro más en el 18 para la galería, que él
mismo sabía que era una propuesta no muy
agresiva pero más que suficiente para acabar
en la entrega de premios elevando al cielo el
trofeo de campeón.
Sus en apariencia verdaderos rivales a falta de
18 hoyos para la conclusión –su compatriota
David Howell, el italiano Francesco Molinari,
ganador de este Open de España en 2012; el
argentino Emiliano Grillo; el sudafricano
Darren Fichardt– fueron sucesivas víctimas de
sus propios errores, una actitud vacilante
aprovechada al máximo por Miguel Ángel
Jiménez para convertirse, una vez más, en
protagonista estelar de una fiesta que precisa
de talantes, disposiciones y actitudes tan osa-
das, audaces y atrevidas como las que siem-
pre ofrece el inigualable MAJ.
También lo reflejaron, aunque un poco más
atrás en la clasificación, otros golfistas espa-
ñoles con rendimiento loable, caso de José
Manuel Lara, Jorge Campillo y Eduardo de la
Riva, empatados en la séptima plaza los dos
primeros, noveno el último de ellos.
El valenciano, enrabietado por su propio éxito
–un buen puesto que le permite de nuevo
mirar al golf de frente y afrontar retos a la
altura de su indudable calidad– se marcó un
66 final que constituyó la segunda mejor
marca de la última ronda, fulgurante pro-
puesta que contrastó con otra igualmente
plausible, regularidad por bandera –una vuel-
ta de 74 y tres de 70– de Jorge Campillo,
mientras que Eduardo de la Riva, ídolo local,
alternó todo tipo de experiencias (66, 77, 74
y 68) para distinguirse asimismo como hom-
bre Top 10 dentro del torneo.
Todos ellos miraron al final como James
Morrison recogía el trofeo de ganador y exhi-
bía sonrisa de oreja a oreja, pero era Miguel
Ángel Jiménez, en esa misma entrega de pre-
mios, quien acaparaba la mayor de las ovacio-
nes. Cosas de actitudes toreras, de miradas y
gestos cautivadores, de tomarse el golf como
una auténtica fiesta.
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Open de España
2015
James Morrison, con
4 golpes de renta
sobre un cuarteto
perseguidor, se suma
a una lista selecta de
triunfadores del
Open de España
1,2-3,4-5,6-7,8-9,10-11,12-13,14-15 18-19,20-21,22-23,24-25,26-27,28-29,30-31,32-33,34-35,36-37,...100
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