MAJ cumple su palabra
y acaricia el Open de España
Y llegó la tercera jornada. Y llegó una nueva
inyección de alegría. Miguel Ángel Jiménez,
espíritu quinceañero en armazón de hierro,
borbotón de magia inagotable ofrecida con
mano de seda, se encontraba en disposición de
hacer algo realmente grande. El malagueño,
pasión desbordada por cada uno de sus poros,
se encontraba segundo a falta de 18 hoyos, a
un suspiro de una de las joyas de la corona que
le faltaba en su admirable currículo deportivo.
Interfería en el camino el belga Thomas
Pieters, una joven promesa de 22 años, sin
pedigrí golfístico destacado hasta este
momento que estaba realizando una pro-
puesta descarada frente a un personaje que
exhibía galones de general golfístico, dos gol-
pes de ventaja que, en un ronda final a cara
de perro, todo el mundo sabía que podían
evaporarse en un suspiro.
Experiencia gloriosa frente a ganas de comer-
se el mundo –“podían ser mis hijos”, dijo el
golfista andaluz de una buena parte de su
legión de adversarios mientras se fumaba un
puro como recompensa al trabajo bien
hecho–, Miguel Ángel Jiménez consideraba el
Open de España un tesoro vital, y por ello se
afanaba en cumplir uno de sus grandes sue-
ños, un sueño de carácter colectivo, compar-
tido por los miles y miles de aficionados al
golf español que ansiaban, como el admira-
ble malagueño, unir al trofeo de este torneo
más que centenario el nombre de un jugador
simplemente genial.
Su tercera jornada fue de lujo, adelantando
uno tras a otro a quienes le precedían en la
clasificación a base de aciertos, cuatro birdies
en los siete primeros hoyos que produjeron,
sin exageración alguna, auténticos rugidos de
satisfacción en la inmensa legión de aficiona-
dos que seguían su partido, conscientes de la
importancia de estar ahí, en el sitio preciso en
el momento adecuado, justo en ese instante
cuando Miguel Ángel Jiménez estaba donan-
do magia golfística a manos llenas.
Llegó un tropiezo –un bogey en el hoyo 9–
antes de afrontar una segunda vuelta asimis-
22
rfeg
olf
Open de España
2014
Alejandro Cañizares fue el mejor de los españoles, dejando a un lado al fantástico Miguel
Ángel Jiménez. El madrileño acabó en la séptima posición gracias a una tarjeta de 70
golpes (-2) para -1 al total. Su parcial de -5 en los últimos 36 hoyos le guiaron a su cuar-
to Top 10 del año. Igualmente digna de mención fue la actuación del barcelonés Álvaro
Velasco, que acabó con una vuelta al par para terminar, precisamente, al par. Su 68 en
la tercera jornada fue clave para completar una gran semana. Por su parte, Ignacio Elvira
acabó con +3, realizando, por segundo año consecutivo, un gran Open de España.
Aventajó en un golpe a Sergio García y a Agustín Domingo, y en dos a Pedro Oriol y Jordi
García Pinto, otros dos jugadores del Programa Pro Spain, y a Gonzalo Fernández-
Castaño. Adrián Otaegui (+7), Álvaro Quirós (+9), Jorge Campillo (+10), Carlos Pigem
(+10), Carlos del Moral (+13), Eduardo de la Riva (+13) e Ivó Giner (+18) completaron
el corte español.
La actuación de
los españoles