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Obstáculos de agua
Reglas del golf
Texto: Paloma Enríquez, Árbitro Nacional
Foto: LET
Rules
E
n los grandes campos, sobre todo en
los americanos, vemos que lo que
verdaderamente penaliza a los buenos
jugadores son los obstáculos de agua
porque, como vemos en televisión, aun-
que tengan la bola en mala posición son
capaces de recuperar desde casi cualquier
lugar. En cambio, si caes en un obstáculo
de agua tienes que dropar con un golpe
de penalidad y, si es frontal (estacas ama-
rillas) puedes quedarte todavía con un
golpe comprometido.
Este preámbulo es para comentaros la
importancia que tiene el saber dropar si
caes en un obstáculo de agua, de forma
que, aprovechando nuestros conocimien-
tos, saquemos el mejor partido y tenga-
mos el golpe que más nos beneficie den-
tro de lo que las reglas nos permiten.
A finales del pasado año, arbitrando en
La Manga la Escuela de Clasificación del
LET, me surgió un “ruling”, que nos va
a ayudar mucho a aclarar este tema.
Las jugadoras que aspiran a jugar en
este circuito, normalmente han jugado
en competiciones europeas del más alto
nivel y saben, por lo tanto, la importan-
cia del conocimiento y aplicación de las
reglas aunque bajo presión, cuesta más
saber elegir la mejor opción.
En uno de los hoyos del campo sur de
La Manga existe un riachuelo que discu-
rre por la parte derecha en la dirección
del juego. Una jugadora, que dio un
magnífico golpe de salida, se fue a este
arroyo. Es un obstáculo de agua lateral
(estacas rojas) por lo que la jugadora
tiene la opción adicional de dropar a
dos palos desde el punto por el que
entró la bola en el obstáculo.
La jugadora en cuestión empezó a medir
con diferentes palos para buscar el sitio
más conveniente, pero la situación era
bastante complicada porque en todo este
margen había árboles, pero no ocurría lo
mismo al otro lado del arroyo.
La jugadora le daba vueltas a la situa-
ción hasta que se dirigió a mí, que me
encontraba muy cerca y me preguntó
las opciones que tenía.
Yo le indiqué que tenía, además, la posi-
bilidad de dropar al otro lado del ria-
chuelo, en un punto equidistante del
hoyo por el que entró la bola en el obs-
táculo de agua lateral.
La jugadora determinó ese punto y
desde allí midió los dos palos y se
encontró con que en este lugar no le
interferían los árboles por lo que dropó
su bola dentro de los dos palos, la jugó
a green sin ningún problema y sacó un
magnífico par.
No hay que obcecarse con una posible
solución, sino que hay que estudiar
todas las posibilidades incluso la de
repetir el golpe.