RFEGolf140 (septiembre - noviembre 2025)
rfeg olf 79 neo a falta de 7 hoyos para la conclusión. El nerviosismo y las ganas de apoyar a los suyos se trasladó de inmediato a los aficionados, que convirtieron el Club de Campo Villa de Madrid en escenario de ánimos exacerbados. Oficio, constancia y calidad La emocionante situación se mantuvo hasta el hoyo 12, otro par 5 donde los favoritos aprovecharon para hacerle birdie al campo. Se imponía el oficio, la constancia, la calidad, y los tres españoles la exhibieron de diferente forma. Pepín Rivero sumando seis pares consecutivos en la recta final; Nacho Garrido compensando un birdie con un bogey para empatar en la segunda plaza; Gordon Brand cediendo un bogey en el 17, punto donde Peter Mitchell cometió doble bogey… Quedaba, pues, la propuesta de Severiano Ballesteros, salvando con maestría el hoyo 15, tras enviar la bola a la izquierda de la calle, con un magnífico wedge que dejó la bola a un metro de bandera antes de asegurarse el liderato con dos pares en el 16 y el 17. Quedaba el 18, donde Seve dejó la bola a poco más de un metro del hoyo de segundo golpe. Y se armó, vaya si se armó. El genio cántabro, de nuevo merecido campeón, tres triunfos en el Open de España, el último en aquel 1995 que constituyó la última victoria individual de su increíble carrera. 3 H an pasado treinta años y todavía permanece en el recuerdo la última gesta del genio de Cantabria, perso- naje indiscutible dentro de la historia del golf español. Efectivamente, corría el año 1995… y Severiano Ballesteros la armó, pero bien armada, en el Club de Campo Villa de Madrid para ganar el Open de España de aquella inolvidable edición, sobre todo si se tiene en cuenta que quienes lo presenciaron, sin saberlo, estaban disfrutando de su última victoria profesional in- dividual de su exitosa carrera. Luego llegarían conocidos acontecimientos muy amargos que precipitaron el desenlace de su vida mucho antes de lo que todos hu- biésemos querido, pero aquello también es otra historia. Antes, en aquel citado 1995, hubo momentos para la satisfacción y la veneración, la conse- cuencia inevitable para quien acaparó enton- ces su tercer triunfo en el Open de España, en el mismo escenario donde se disputa ahora la edición de 2025 de este torneo centenario, repleto de gestas históricas gracias, entre otros, a actuaciones memorables como las que llevó a Severiano Ballesteros a levantar el trofeo de campeón en aquella ocasión. Por si fuera poco, hacía diez años que los españoles no ganaban el Open de España, rompiéndose por fin un maléfico con un triunfo basado en esta ocasión en la constan- cia, la tenacidad y la genialidad, esa que in- trínsecamente caracterizaba siempre a Seve- riano. Por si fuera poco, para completar el éxito español, Pepín Rivero y Nacho Garrido empataron en segundo lugar, colmando las expectativas de todos los aficionados. Un espectáculo apoteósico En aquel 1995, el espectáculo del hoyo 18 fue apoteósico. Severiano Ballesteros había dejado su segundo golpe, con un wedge, a pocos más de un metro de bandera y aseguraba su triun- fo en el Open de España. Sólo había dos opcio- nes plausibles: si la metía, el golpe le daba dos de ventaja sobre Rivero, Garrido y, quizá, tam- bién Gordon Brand Jr y Peter Baker, los prime- ros extranjeros en la parte alta de la tabla; si fallaba, nadie suponía que errase su segundo putt, por lo que ganaría por un golpe. Lo cierto es que ninguno se detenía a pensar en estas otras posibilidades porque el am- biente de euforia era simplemente increíble y la única idea que pululaba en el ambiente era que Severiano rubricaría el birdie para romper de paso con una sequía de diez años de vic- torias españolas, que duraba desde que el propio Ballesteros se impusiera en el recorri- do barcelonés de Vallromanes en 1985. Dicho y hecho, Severiano anotó a la primera y la pasión se desbordó como si de un albero tau- rino se tratara. Los aficionados, motivados por la euforia, se fueron hacia su ídolo para abrazar- le y festejar el triunfo sobre el mismo escenario, desarbolada la frágil barrera de las cuerdas. La pena, en este caso, es que el golf no se aca- ba hasta que no se entregan las tarjetas, y hubo que cortar semejante demostración de cariño popular hacia su ídolo con un cordón humano que protegiera al ganador para que procediera a cumplir con el protocolo estable- cido. De otra forma, la espontánea subida a hombros del héroe se hubiese hecho inevita- ble, entre otras cosas porque la comunicación entre los entregados miles de espectadores y Ballesteros fue absoluta a lo largo del día y, ya desbordante, en los momentos previos y pos- teriores a la confirmación del triunfo. El impresionante apoyo de la afición Severiano lo reconoció con franqueza al aca- bar: “hoy la afición de Madrid me ha llevado en volandas hasta la victoria. Su apoyo ha sido fundamental para ganar. Nunca había visto tanto entusiasmo en España, ha sido como en otras épocas en Inglaterra, con el público cla- ramente a mi favor, y es reconfortante des- pués del duro trabajo que he tenido que rea- lizar a lo largo de toda la semana”. Esta últi- ma frase hacía referencia, sin ir más lejos, a los tres bogeys consecutivos de salida que cometió el cántabro en la última jornada. El fuerte traspié no generó sangre, y es que Gordon Brand también cometió un error y Peter Mitchell, tres, incrementándose de inmediato la sensación de que cualquier cosa podía ocurrir. La idea tomó cuerpo cuando Severiano hizo su primer birdie en el hoyo 4, uno de los pares 5 del campo donde el cán- tabro exhibía mayores opciones de rascarle golpes al recorrido, al tiempo que Brand, con dos golpes de ventaja, no daba la sensación de ser un líder sólido. Las previsiones se cumplieron tan solo unos hoyos más allá, cuando Gordon Brand cometió tres errores consecutivos entre el 9 y el 11, Peter Baker -también entre los candidatos al triunfo- erraba en los dos pares 3 y los tres españoles salvaban el tipo con determinación. La clasificación echaba humo, con Ballesteros, Pepín Rivero y Nacho Garrido liderando el tor- 78 rfeg olf Open de España presented by Madrid 2025 La última hazaña de Seve en el CC Villa de Madrid Se cumplen 30 años desde que Seve se impusiera por tercera vez en el Open, una efeméride muy especial si se tiene en cuenta que quienes lo presenciaron estaban disfrutando de su última victoria profesional
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