RFEGolf134 (marzo - mayo 2024)

rfeg olf 55 más pendiente de las consecuencias del juego que del propio juego, lo normal es que rinda muy por debajo de sus posibilidades al estar en un segundo plano el juego y en primer plano el resultado. ¿Qué es la presión? La presión no es otra cosa que la influencia que ejercen todos los factores que hay alrededor del juego del golf (círculo externo) sobre nues- tros pensamientos y emociones y éstas a su vez sobre nuestro juego. Estos factores del círculo externo forman parte de la competición y no se pueden eliminar. En los entrenamientos no aparece la presión ya que el resultado no tiene consecuencias sobre el ranking, la clasificación o el hándicap. Sin embargo, el día de la competición el re- sultado sí que va a tener su influencia en todos esos aspectos, por lo que los jugadores/as, nuestros hijos, deben de aprender a gestionar todos estos factores para que les influyan lo menos posible en su juego. Cuando alguno de nuestros hijos se preocupa en exceso del resultado o de la clasificación, es muy fácil que salga a jugar muy presionado, provocando exceso de nervios, de tensión muscular, dificultad para concentrarse en el juego, dificultad para ver bien los golpes que debe de jugar o para tomar buenas decisiones. Evidentemente, cuando esto sucede, lo normal es que se rinda muy por debajo del nivel habitual que demuestra en los entrenamientos. ¿Qué podemos hacer como padres? Lo primero es ser conscientes de que nuestros hijos son los que más desean conseguir un buen resultado, estar en lo más alto de la cla- sificación, que sean llamados para los equipos nacionales o autonómicos. Por tanto, es muy fácil que su mente esté más centrada en el resultado y en sus consecuencias que en “jugar bien al golf”. Por tanto, lo primero que debemos hacer es ser conscientes de que nuestros hijos ya llevan una buena carga de presión que ellos se au- toimponen: el deseo y las ganas de conseguir un buen resultado. Si nosotros añadimos más presión a la que ya tienen por ellos mismos, hablándoles y diri- giendo su atención hacia los resultados, la clasificación, lo que esperamos de ellos en forma de resultado, equipos, becas o compa- rándolos con otros jugadores/as (“eres mejor que….y puedes ganarle”) o comentarios simi- lares, es muy fácil que nuestro hijo/a salga con mayor carga de presión de la que puede gestionar y aguantar. Sugerencias ➤ Dirigir la atención-concentración de nues- tros hijos hacia el golf, hacia el juego y no hacia los aspectos de alrededor del juego. Intentar hacerles ver, y que comprendan, que el resultado es consecuencia de cómo ellos jueguen y que, por tanto, cuando esté compitiendo el principal objetivo debe ser “jugar al golf” como ellos saben en vez de preocuparse por los demás, por el resultado o la clasificación. Intentar, por nuestra parte, no incidir en el resultado o en lo que esperamos de ellos a nivel de resultado como por ejemplo: “con lo que bien que estás jugando, pue- des quedar entre los 5 primeros”. Este tipo de comentarios los solemos hacer para dar confianza a nuestros hijos pero pueden tener el efecto contrario generan- do presión ya que nuestro hijo puede pen- sar: “mi padre/madre espera que quede entre los 5 primeros y si no quedo entre los 5 primeros le voy a defraudar”. Cada hijo es un mundo y no se puede generali- zar, por eso hay que conocer muy bien cómo pueden afectar nuestros comenta- rios de resultado a nuestro hijo/a antes de hacerlos. ➤ Darles confianza recordándoles todos sus puntos fuertes y fortalezas y que dadas todas esas características lo único que deben de hacer es “salir a jugar, a centrarse en bola, palo y objetivo” y que no debe de preocuparse del resultado. Les estaremos dando confianza, pero no por su capacidad para conseguir un buen resultado, sino por su capacidad para jugar bien al golf. ➤ Conseguir reducir el miedo de nuestros hijos a que las cosas salgan mal. A veces salen con miedo a que las cosas no salgan tan bien como ellos y nosotros mismos de- seamos. Este miedo cuando es muy intenso también bloquea la capacidad para “jugar bien al golf”. Como regla básica debemos de hacerles entender que los errores y los malos días forman parte del proceso de aprendizaje, que se aprende más de los días malos que de los buenos y que para llegar a ser un buen jugador de golf hay que tener tantos días malos como buenos. Evidentemente, si los padres/madres somos los primeros en preocuparnos y temer que nuestros hijos no consigan buenos resultados, por las circunstancias que sean, va a ser imposible que transmitamos calma, confianza y tranquilidad. En su defecto, transmitiremos, verbalmente o a través de nuestro lenguaje no verbal, preocupación, dudas y miedo a un mal resultado. Cuando esto sucede, nuestros hijos/as lo perciben, las emociones se transmiten por el aire no a través de las palabras, y pueden interpretar que si su pa- dre/madre están preocupados por si hace un mal resultado, entonces es que no confían demasiado en él, de que tienen dudas, o bien que si su padre/madre se preocupan, entonces él mismo también debería de preocuparse. 3 Por Óscar del Río Psicólogo deportivo RFEG 54 rfeg olf Psicología - El Pre Torneo Cuando un jugador/a solamente se preocupa por el resultado, es muy normal que sienta bastante incertidumbre y miedo a no conseguirlo “

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