RFEGolf134 (marzo - mayo 2024)
Tokio 2020: una ocasión perdida En la siguiente cita olímpica, la decepción se apoderó de la actuación española. No fueron, desde luego, las dos mejores semanas para el golf español, así, sin más aderezo. La ilusión creada en los meses previos a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 de la mano, funda- mentalmente, de Jon Rahm, que se presenta- ba como número 1 del mundo, se desmoro- nó con el positivo por Covid del vasco apenas cuatro días antes del inicio de la competición. El empeño y la ilusión de Carlota Ciganda, Adri Arnaus, Azahara Muñoz y Jorge Campillo no fue suficiente para aportar a la delegación española un premio, ya fuese en forma de medalla o de diploma. Tocaba, no quedaba otra, pensar en París. La prueba masculina, gafada de inicio La historia de la delegación española de golf en Tokio estuvo marcada de forma ineludible por la baja de última hora de un Jon Rahm que llegaba lanzado a la cita olímpica, en un estado de forma tremendo, apenas unas semanas después de alzarse con su primer ‘major y con la ilusión disparada. “Uno de mis grandes objetivos deportivos es sumar un oro para el deporte y el golf español”, decía. El sábado previo a la competición los aficiona- dos desayunábamos con la noticia de ese posi- tivo tan inesperado, toda vez que había supe- rado la enfermedad apenas un mes y medio antes. Jorge Campillo ejerció de sustituto del vasco con enorme predisposición pero sin tiempo para sacudirse el lógico jet lag. El torneo, no obstante, comenzó de forma ilu- sionante para la representación española, ya que Adri Arnaus se estrenaba en Kasumigaseki Country Club con una provechosa ronda de -3 y Jorge Campillo añadía un buen -1. En la segunda jornada el barcelonés aguantó el tipo con otra ronda bajo par (-2) que le mantenía a una distancia asequible de la zona de meda- llas, gobernada en todo momento por el nor- teamericano Xander Schauffele, pero el cace- reño se caía con un +4. El adiós de Adri Arnaus a las medallas, y prác- ticamente a los diplomas, se produjo en la tercera jornada, en la que despachó un 74 (+3). “Día duro. En la primera parte no me salía nada, mi juego no estaba muy allá. Aun así, hubo momentos en los que veía que podía revertir la situación y así fue en el hoyo 18 rfeg olf rfeg olf 19 De séptima a decimotercera, de cuarta a vigé- simo segunda, Azahara Muñoz y Carlota Ciganda se encontraban a cinco y siete golpes de la nueva líder, una distancia asequible que exigía, eso sí, actuaciones contundentes que tampoco se produjeron en la tercera jornada. Puestos 21 y 39 en su primera experiencia olímpica Azahara Muñoz y Carlota Ciganda concluye- ron su primera experiencia olímpica en los puestos 21 y 39. La mejor parada de esta his- tórica experiencia fue la coreana Inbee Park, merecedora de la medalla de oro tras exhibir ese juego metódico pero tremendamente efectivo que le llevó a dominar el torneo casi de principio a fin tras adquirir con solvencia el liderato en la segunda jornada. Una última ronda de 66 golpes para un total de 268 cons- tituyó un muro infranqueable para todas sus rivales, incluidas la neozelandesa Lydia Ko y la china Shanshan Feng, que consiguieron las medallas de plata y bronce tras acumular 273 y 274 golpes, respectivamente. Azahara Muñoz, con un tono general más regular, con pocos fallos pero al tiempo pocas ocasiones concretadas de birdie, exhibió en la última ronda la garra y la calidad que le carac- teriza durante la primera vuelta, resuelta con un esperanzador 2 bajo par que en un momento determinado le situó a un golpe de la medalla de bronce y, en un periodo de tiem- po más amplio, en zona de diploma olímpico. No obstante, un doble bogey en el hoyo 13 y dos bogeys consecutivos en el 15 y 16 –una recta final donde había arañado golpes al campo en anteriores jornadas–, apenas com- pensados por un birdie en el 17, llevaron su tarjeta por encima del par, 72 golpes que le condujeron a la vigésimo primera plaza final. Carlota Ciganda, por su parte, no se despojó de la fatalidad que se reprodujo en la última jornada cuando, tras culminar el cuarto hoyo, registraba una vez más 4 sobre par. Luego no volvió a inscribir más errores en su tarjeta, pero la losa era excesiva como para mejorar significativamente el puesto 39 final en una experiencia premiada con el registro en los anales de la historia del deporte español: las primeras golfistas en participar en unos Juegos Olímpicos. Las dos parejas desplazadas a Tokio 2020 concluyeron lejos de los diplomas, siendo Carlota Ciganda (29ª) y Adri Arnaus (38º) los mejor clasificados España en los JJOO
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