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Psicología
Qué tipo de
padre-espectador soy
Hay unos cuantos tipos de padres que creo que
todos conocemos y que no voy a entrar a des-
cribir exhaustivamente, pero sí que les voy a
invitar a la reflexión. Todos conocemos, y en
más o menos grado todos somos un poco, ese
padre-entrenador que sigue a su hijo para ver
cómo juega, para ver sus aciertos y errores,
para después, en el coche, ya de camino a casa,
hacer la evaluación de la vuelta y sacar todas las
conclusiones pertinentes con el único fin de
ayudar a nuestro hijo/a a que juegue mejor a lo
que más le gusta, pero que a veces se mete
demasiado en el papel de entrenador.
También todos somos, espero que en mayor
grado, ese padre que intenta transmitir tran-
quilidad, serenidad, ánimo y apoyo, sobre
todo en los peores momentos. Y no nos
podemos olvidar del papel principal que la
mayoría de las ocasiones nos reservan nues-
tros hijos, que no es otro que el de “marcador
oficial” de las bolas de la partida, para lo cual
nos “mandan” adelantarnos a la caída de la
bola. Este último papel sí que podemos decir
sin temor a equivocarnos que a veces ahorra
unos cuantos golpes.
Reflexione sobre qué tipo de padre cree que
es mientras ve competir a su hijo/a, qué
características cree que tiene, cuál suele ser
su conducta en el campo, qué emociones
cree que transmite su lenguaje corporal y la
intensidad de estas emociones. Y a partir de
esta reflexión formúlese la pregunta clave:
¿mi presencia durante el recorrido es benefi-
ciosa o perjudicial para mi hijo/a, qué le estoy
transmitiendo a mi hijo/a durante la partida?
Mi sugerencia es que si es capaz de transmitir
calma y tranquilidad a su hijo/a, sígale pero
no siempre, no lo tome como algo que debe
suceder como norma o costumbre, aunque
usted disfrute mucho siguiendo a su hijo.
Hágalo unas veces sí y otras no, además sin
seguir ningún criterio más o menos objetivo
sobre cuándo seguir o no. A ningún padre le
gusta perderse la final del campeonato, pero
en los torneos de club o de menor importan-
cia o incluso en alguna de las varias jornadas
de las que se compone el Campeonato de
España, no le siga, déjelo sólo.
Si usted vive con demasiada intensidad la
competición, le cuesta controlar sus emocio-
nes en el campo, se muestra inquieto y preo-
cupado cuando las cosas se tuercen o dema-
siado eufórico y también inquieto cuando las
cosas van bien, mi recomendación es que
hable con su hijo/a, cuéntele su dificultad y el
motivo de esta dificultad.
Su hijo/a entenderá perfectamente que lo
mejor que puede hacer es quedarse en la casa
club leyendo un buen libro y esperar a su hijo/a
en el hoyo 18 para transmitirle todo su cariño
nada más terminar de jugar, independiente-
mente de si ha batido el récord de golpes por
debajo del par o por encima del par.
Por Oscar del Río
Psicólogo Deportivo
Comité Técnico Juvenil RFEG
El vínculo emocional padres-hijos genera en ocasiones sentimientos y
emociones que son los que impiden concentrarse correctamente