RFEGolf127 (junio - agosto 2022)
La ronda final, al lunes por primera vez en la historia En la segunda jornada mantuvo su buena posición (aunque no el liderato) con una tarjeta de 71 golpes, siendo superado por Nick Price, que aprovechó el tiempo favorable por la mañana y firmó 67 golpes para comandar la prueba con cinco bajo par. A mitad de torneo Severiano estaba a un golpe del líder y superaba en dos a Nick Faldo y en cuatro a Curtis Strange y Sandy Lyle, por citar a los favoritos previos. La mañana del sábado se presentó lluviosa, pero el agua se prolongó a lo largo del día y anegó varios greenes y calles, provocando suspensiones que desembocaron en la can- celación definitiva de una jornada en la que nadie pudo acabar los 18 hoyos, aunque hubo un jugador especialmente perjudicado: Hubert Green, que había hecho cinco birdies en los siete primeros hoyos y se encontró con que la vuelta no había existido. La primera intención fue la de jugar 36 hoyos el domingo para no perjudicar los planes previos de jugadores, público y televisión, pero por la tarde se hizo oficial la decisión definitiva: el campo no podría estar en condiciones de juego hasta mediada la mañana del domingo y, en consecuencia, la final del torneo habría de disputarse el lunes, por primera vez en la historia del Open. La tercera vuelta siguió presentando como líder a un Nick Price que había aprendido la lección de 1982 (cuando prácticamente entregó el torneo a un Tom Watson mucho más maduro) y se mantuvo sólido en la primera posición que había conquistado en la segunda jornada. Además, con una tarjeta de 69 superó en un golpe a Severiano, estableciendo una diferencia de dos impactos de cara a la final sobre el propio Ballesteros y sobre Nick Faldo, que con una vuelta de 68 había empatado con el español. Sandy Lyle, con la mejor vuelta del día (67), se colocó amenazante con un golpe más. Como se ve los favoritos estaban en su sitio antes de la final, con la competencia añadida de un inesperado Price, al que nadie daba mucho crédito en su segundo intento por conquistar el British a pesar del margen favorable con el que salía. Uno de los finales más brillantes del Open Británico Y ese lunes 18 de julio se presenció una de las finales más brillantes del Open Británico, con Severiano y Price de protagonistas, que recor- daba la primorosa lucha entre Watson y Nicklaus en 1977, tantas veces citada como modelo de final irrepetible. Lyle comenzó a pinchar mediada la jornada viendo lo inaccesible que resultaban Price y Seve al tiempo que Faldo también se quedaba a medio camino, defendiendo el título sin dar señales de poder renovarlo después de sus tres putts en el 7, mientras sus grandes rivales habían hecho eagle. A partir de ese momento el mano a mano entre Price y Severiano fue glorioso tras empatar en cabeza con el birdie del español en el hoyo 8 y mantener la igualada en el 10 con otro birdie de Severiano. Por fin, en el 11, con otro putt largo, Ballesteros tomó el testigo del liderato tras una racha impresionante en la que había ganado seis golpes al campo en seis hoyos, del 6 al 11. En el 12 el español no pudo hacer par y volvió la igualdad en el marcador (Price rozó el birdie), en el 13 Severiano mantuvo el empate con un putt largo que equilibró el birdie de Price desde menos de un metro, igualaron con error de ambos en el 14 y se mantuvo el equilibrio con el par de los dos en el 15. Y llegó el 16, famoso por su golpe desde el aparcamiento en 1979, que este año no se podía repetir porque esa zona se había decla- rado fuera de límites. Esta vez Severiano dio dos golpes de los que le diferenciaban de todos los demás: un hierro 1 al centro de la calle y un hierro 9 que dejó la bola a escasos centímetros del hoyo y le aseguraba el sexto birdie del día, logrando de nuevo el liderato en solitario por un golpe. En el 17 se pudo decidir el título porque Price arriesgó, aunque pudo terminar cumpliendo el par, y en el tee del 18 se comenzaba el juego con la mínima ventaja de Severiano. La sentencia llegó tras otro golpe impresionante de Ballesteros, un chip mágico de tercer golpe en el 18 que botó en green y rodó mansamente hasta morir a un palmo del hoyo, garantizándole el par necesario para asegurarse el éxito. Price se jugó la última baza de forzar un des- empate con un larguísimo putt que rebasó demasiado el hoyo y le condenó a un bogey final. Pero esta vez fue un rival de mérito que jamás volvió la cara, que nunca se rindió ni entregó el torneo: en la misma secuencia del 6 al 11, Price también había ganado cuatro golpes al campo. Por todo ello, Severiano Ballesteros logró su tercera victoria en diez años en el Open Britá- nico, su quinto “major”, tras la emocionante jornada final vivida contra Nick Price, que obligó al español a rubricar 65 golpes en la final para ganar. Una tarjeta que igualaba el récord del campo en el Royal Lytham, donde sumó dos de sus tres jarras de plata, igualando la tarjeta más baja del campeón en la última jornada, establecida por Watson en 1977. Severiano Ballesteros hizo gala de una confianza resquebrajada desde los Masters de 1986 y 1987 pero supo reconocer la dificultad de su victoria por el juego de su rival: “Ha jugado como un campeón. Es una pena que sólo uno pueda ganar, porque él también ha merecido el título”. Luego valoró su rendimiento en la final diciendo que “he jugado tan bien como posiblemente puedo jugar. Ha sido una de esas vueltas que haces cada 25 ó 30 años, se- guramente la mejor vuelta de mi vida”. 3 Por Jesús Ruiz rfeg olf 71 70 rfeg olf Historia de los majors españoles (IV)
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