RFEGolf125 (diciembre 2021 - febrero 2022)

3.- Marta conquista el Open Británico siendo amateur Marta Figueras-Dotti conquistó el Open Británico en 1982, un torneo que todavía no era consi- derado “grande” por aquello de que el golf femenino profesional estaba asentado en Es- tados Unidos, pero en Europa comenzaba a dar sus primeros pasos. Nosotros, sin embargo, consideramos que merece la máxima consi- deración y reconocimiento (en 1984 el Open ya fue co-sancionado por el LPGA Tour), máxime después de que hace unos meses Marta haya sido reconocida por su trayectoria siendo in- cluida en el Legends Tour Hall of Fame, junto con otras 24 leyendas, además de ser actual- mente presidente del Ladies European Tour. Por eso, en este repaso a los “grandes” que han conquistado los jugadores españoles, no podemos olvidarnos de la gesta de esta ma- drileña, que ha sido durante muchos años la única profesional de competición con que contábamos en nuestro país. El Open Británico Femenino nació para ser el equivalente al veterano torneo masculino (in- tegrado en el “Grand Slam”) y comenzó su an- dadura en 1976. Sin embargo, no fue fácil su asentamiento en el calendario con la conside- ración de la que se quería dotar a la prueba, ya que los campos más prestigiosos no se mostraban muy receptivos para convertirse en sede de una competición femenina, con la honrosa excepción de Royal Birkdale, que co- laboró en los primeros pasos del Open Femenino acogiéndolo en dos ocasiones, 1982 y 1986. El Open Británico Femenino se convirtió en torneo fijo en el calendario del LPGA Tour americano a partir de 1994, dando un salto notable en su prestigio, que alcanzaría en 2001 la meta para la que fue creado, cuando pasó a ser considerado “major” de los circuitos europeo y americano. La Women Professional Golfers Association (WPGA), que más tarde se convirtió en la actual denominación de Ladies European Tour rfeg olf 63 Respiro en el 14 y, en el 15, con Newton de dos en green poniendo presión, Severiano, lejos de arrugarse, jugó como un campeón respondiendo con otro tiro a green, con una bandera muy esquinada a la izquierda, casi rodeada por agua. El español se aseguró un birdie que habría de ser decisivo, puesto que le proporcionaba cuatro golpes de margen con tres hoyos por jugarse. La tormenta había pasado. Los tres últimos hoyos tuvieron la historia de los vítores enfervorizados de los espectadores que habían presenciado un espectáculo único, en el que el español se había sobrepuesto al duro escollo en el que se había convertido su vuelta antes de acabar vistiéndose de verde tras finalizar aventajando en cuatro golpes a Gibby Gilbert y Jack Newton. Era el más joven ganador de la historia, estuvo cerca de batir el récord del torneo (al final firmó el cuarto más bajo, tras Nicklaus, Floyd y Hogan) y confirmó que atraía como nadie desde la época dorada de Arnold Palmer. No cabe duda de que fue “su” Masters y no con- sintió que nadie le restara protagonismo a lo largo del torneo. Severiano Ballesteros demostró en el endemoniado campo de Augusta que había tomado el testigo de Arnold Palmer y de Jack Nicklaus. Del primero, ofrecía parecida espectacularidad y carisma; del segundo, in- teligencia y control para consagrarse como el mejor jugador del mundo en esos momentos. Se dice que el primer “major” puede ser pro- ducto de la casualidad y que el segundo con- sagra al verdadero campeón. Severiano Ba- llesteros ya estaba consagrado. 62 rfeg olf Historia de los majors españoles (II)

RkJQdWJsaXNoZXIy MTk3Ng==