RFEGolf124 (septiembre - noviembre 2021)

momento hubo buen rollo, pero sí es cierto que me generó ese “cabreo sano” que me hizo luchar aún más por mi objetivo”. Entonces no lo sabíamos, pero la victoria en la Solheim Cup de Irlanda supuso un punto de inflexión en el desarrollo de la competición. Desde entonces, Europa se ha impuesto en tres de las cinco ediciones disputadas, y Beatriz Recari formó parte del contingente europeo que compitió en una edición histórica, la cele- brada en 2013 en Colorado. Allí, se unía a Aza- hara Muñoz y Carlota Ciganda y a unas cuantas de las «extraterrestres» que la asombraron en aquel lejano 2005, cuando Recari fue consciente de la trascendencia de este torneo. “Es muy difícil resumir mis vivencias en aquella Solheim. Recuerdo que dos semanas antes se jugó el British Open y yo había ganado mi se- gundo torneo del año en el LPGA Tour, el Mara- thon Classic, y estuve hablando con Catriona Matthew, la capitana de esta edición, una vete- rana con la que me llevo muy bien. Sin decirlo directamente me dio mucha confianza y me transmitió que lo iba a hacer bien y que iba a jugar de maravilla. Luego, la capitana, Liselotte Neumann, fue superdulce, no noté ningún estrés y me llegué a sorprender y a pensar: “¡Qué tranquilidad transmite Lotte pese a la responsabilidad que llevamos todas encima!”. Me vino muy bien, porque en esa semana, desde que empieza hasta que termina, está cada minuto controlado y compartimentado (entrenamientos, prensa, obligaciones, reu- niones)… A todos los niveles se vive con una intensidad exponencial y jamás he sentido algo así, ni cuando he tenido un putt para ganar un torneo”, recapitula la navarra. Durante los días previos de preparativos, llegó el momento de establecer los emparejamientos y Liselotte Neuman llegó con buenas noticias para el primer día. “La capitana me dijo que a Suzann Pettersen le gustaría jugar conmigo. Antes de la Solheim nos tocó jugar juntas bas- tantes veces y cada vez que lo hacíamos parecía una competición de birdies. Se lo dije a ella y a su madre: “Estarás contenta de que juguemos juntas, porque mañana vas a hacer 67”. Ella fue superpositiva, yo estuve muy a gus- to… Eso sí, antes de ir al tee del 1 mejor no tomar café, porque es un test de Parkinson bastante fuerte. Luego jugamos bien, hicimos 82 rfeg olf No siento que se me haya terminado el libro. Me encantaría ganar majors, seguir sumando y mejorar marcas. No se me ha terminado el golf profesional en mi vida” “ Solheim Cup 2023 rfeg olf 83 navarra, con tesón y talento, logró su pri- mer triunfo en el LET en el Finnair Masters, en agosto de 2009. Tarde para llegar a la Solheim Cup de ese año, pero… “Llegaba después de estar dos años con problemas de salud y cuando gané en Fin- landia se había cerrado el periodo clasifi- catorio justo la semana anterior, y me puse la número uno para el siguiente periodo… pero sinceramente nome veía con opciones. No quería formar parte del equipo para rellenar. Además, quería entrar en el equipo a través del ranking mundial, y como hasta entonces no había ganado en el LET, no me veía con el suficiente nivel como para jugar la Solheim Cup y representar a todo un continente. Somos solo doce jugadoras y tienes que aportar. No estaba en mi mente jugar aún la Solheim. Era más im- portante cumplir otras metas prioritarias, subir los peldaños necesarios para avanzar en mi carrera y llegar luego a la Solheim. Antes de hacer integrales hay que aprender a sumar, restar, multiplicar…”. Recari siguió avanzando y cumpliendo objetivos, llegó al LPGA Tour y ganó el CVS/pharmacy LPGA Challenge en 2010, su año de novata en Estados Unidos. Aun así, tampoco le sirvió para disputar la Solheim Cup que se jugaría en 2011 en Killeen Castle, Irlanda. “No entrar en el equipo de la Solheim Cup de 2011 fue una sensación agridulce. Mi meta nunca ha sido jugar la Solheim X veces, sino aportar cuando juego. En aquel momento no estaba clasificada por puntos y me tenía que elegir la capitana. Recuerdo que Alison Nicholas tenía que elegir entre otra jugadora o yo, y me dijo que pensaba que me tocaba esperar. Respeté la decisión, por supuesto, y re- cuerdo que le dije que las animaría desde fuera pero que en la próxima Solheim Cup iba a estar por puntos, sin depender de la decisión de nadie. En 2013 me metí en el equipo y Nicholas se acercó para decirme que se alegraba mucho de que me hubiera clasificado. En todo

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