RFEGolf120 (septiembre - noviembre 2020)

rfeg olf 9 Woods, Sergio García o Jordan Spieth. Todos se rindieron ante el logro de un chaval de 25 años desbordante de juego, talento, pasión y ambición. Jon Rahm llegó hasta la jornada final en cabeza a base de solidez, pilar sobre el que construyó tres rondas notables (69, 67 y 68 golpes). Su tercera vuelta contuvo un zarpazo clave en el devenir de la prueba: cuatro birdies seguidos entre los hoyos 13 y 16. Restaba por hacer lo más complicado, rematar la faena. Y la remató con menos sufrimiento del que cabría esperar en deporte de altísimo nivel. Partía con una generosa renta –cuatro golpes sobre los estadounidenses Ryan Palmer y Tony Finau– que se fue estirando como un chicle hasta situarse en ocho impactos. A partir del hoyo 10, con el número uno sobrevolando en la húmeda atmósfera de Ohio, el español perdió en seguridad: bogey al 10, doble bogey al 11 y bogey al 14. Pero fue algo pasajero. En los hoyos 16 y 17 terminó de cerrar el torneo. En el primero de ellos, Rahm se inventó un magnífico approach para birdie que acabó en la cazuela, y en el segundo Palmer no ató el par. La ventaja entonces se amplió a cinco golpes, con el 18 por jugar. Fue ahí cuando Jack Nicklaus salió de casa club y se aprestó a felicitar al próximo Número 1, un español, como su admirado Seve Ballesteros. Un triunfo en 20 apasionantes y espectaculares metros Desde aquel tremendo domingo, la alternancia en el primer puesto del Ranking Mundial fue una constante. Jon Rahm se codea ahí en las alturas con Rory McIlroy, Justin Thomas y con el que a fecha de cierre de este número lidera el Ranking, Dustin Johnson, ganador del The Northern Trust. El duelo entre el de Carolina del Sur y el español, buenos amigos, apunta a ser de época. El último capítulo de esta rivalidad desembocó en el que posiblemente sea el triunfo más complicado, luchado y trabajado –¿acaso alguno ha sido sencillo?– de Rahm como profesional, el obtenido en el BMW Champion- ship. La resolución quedará para la historia: un putt de más de veinte metros en play off con el que dejó sin título a un rival de la altura de Dustin Johnson. Sin duda, uno de los momentos estelares del deporte español en 2020. Más allá de los elogios que despertó ese putt imposible, causante de las felices ojeras de muchos españoles al día siguiente, este BMW Championship dejó una valiosa lección para el resto de golfistas: nunca se puede dar por desahuciado a Jon Rahm, ni siquiera después de un inicio discreto. Aquí la explicación: arrancó la semana con un 75 que le dejaba prácticamente fuera de los puestos de corte, pero eso no solo no le desmoralizó, sino que le espoleó. A mayor dificultad, más ganas de volver a pinchar bola. La bestia despertó en la tercera jornada dando un empujón a sus opciones con un 66 que era, en ese momento, la mejor ronda de la semana. Esa tercera ronda fue excelente para el español, que ascendió hasta la séptima plaza con +2 al total, situándose cerca de la cabeza, si bien contuvo un episodio que le lastró ligeramente: su bogey en el 5 se debió a una penalización por levantar la bola en green sin haberla marcado. “Nunca pensé que me ocurriría algo así en mi carrera profesional, estaría pensando en otra cosa”, lamentó con sinceridad al terminar el día. Tampoco la penalización descolocó a Rahm, cuyas opciones de victoria 8 rfeg olf Número 1 del mundo

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