RFEGolf120 (septiembre - noviembre 2020)
rfeg olf 61 60 rfeg olf Psicología ¿Es bueno o malo tener expectativas? Es buenísimo tener expectativas altas antes de empezar una vuelta, sentir que podemos jugar muy bien y ganar el torneo. Estas expec- tativas serán altas porque nos sentimos en un buen momento, hemos entrenado bien, conocemos el campo, o por cualquier otro argumento que nos hagan sentir que pode- mos hacer una gran vuelta. Y esto es magní- fico. Los jugadores profesionales entrenan con disciplina, esfuerzo y dedicación precisa- mente para tener expectativas altas y positi- vas y sentir que pueden jugar muy bien y estar peleando por los puestos de arriba. Y, al contrario, cuando tenemos expectativas bajas o negativas es muy fácil que el jugador genere una predisposición negativa y salga con miedo a hacerlo mal confirmando sus expectativas negativas. Dejar las expectativas en el vestuario Una vez que ya hemos visto que tener expec- tativas es lo habitual y que es buenísimo tener expectativas altas, el siguiente paso es apren- der a gestionarlas, ya que si no están bien gestionadas pueden jugar en contra, y muy en contra, de los intereses del jugador. Con los jugadores con los que entreno nos ase- guramos de dos cosas: por un lado que las expectativas altas no se transformen en obliga- ciones, exigencias y en sinónimo de fracaso si no se logran, ya que cuando el jugador siente o teme no estar a la altura de sus expectativas o de las de su entorno, es muy fácil que añada una presión extra a la que ya tiene de por sí la competición. Y el segundo aspecto del que nos tenemos que asegurar es que está centra- do en realizar sus rutinas de competición, cen- trado en cada momento en lo que tiene que hacer para pegar buenos golpes y jugar al golf en vez de juzgar su golf. Por ello, el mismo día de la competición siempre recuerdo a los juga- dores “deja las expectativas en el vestuario y juega”. Con los protocolos de seguridad ten- dré que actualizar la frase y dejaremos las expectativas en el parking. Seguramente en su primera vuelta después del confinamiento sus expectativas eran del tipo de “puede pasar cualquier cosa” y se haya dedicado a jugar y a disfrutar. Ahora de lo que se trata es de no volver a caer en los malos hábitos psicológicos de antes del con- finamiento y entrenar para tener expectativas cuanto más altas mejor y aprender a dejarlas fuera del campo para dedicarse a jugar al golf desde el hoyo 1 hasta el 18. 3 Por Óscar del Río Psicólogo Deportivo RFEG Lo más importante es aprender a gestionar las expectativas, ya que si no están bien gestionadas pueden jugar en contra, y muy en contra, de los intereses del jugador “
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