RFEGolf118 (marzo - mayo 2020)

U na inoportuna corbata, ese pelín de fortuna que hace que la moneda caiga de un lado u otro –acuérdense de la fantástica película de Woody Allen Match Point–, faltó para que el golf español viviese un domingo absolutamente glorioso en las Copas de SSMM El Rey y La Reina. Nuestros ‘majors’ amateurs. El castellonense José Luis Ballester tocó el cielo en su semana perfecta en el Real Club Sevilla Golf, mientras que a la madrileña Cayetana Fernández se le escapó el triunfo en un final agónico en el Real Club de Golf Tenerife. Dos preciosas historias con desenlace dispar que dejaron muchas y valiosas enseñanzas a sus protagonistas. Josele ya es Don José Luis José Luis Ballester ha dejado de ser ese chaval inquieto y polvorilla que deslumbraba en los Campeonatos de España Infantil –ahí es una auténtica leyenda: campeón de España Benjamín 2013, Alevín 2015 e Infantil 2016 y 2017– para convertirse en José Luis Ballester, firme promesa del golf español. Se intuía que por ahí iban los tiros, y en la edición 2020 de la Copa S. M. El Rey lo confirmó. El joven castellonense fue el mejor en solitario en la fase clasificatoria con un acumulado de -5 y, lejos de acusar la presión de saltar al cuadro de juego como cabeza de serie número uno, llegó a la final e hizo bueno el lema que afirma que “los grandes no juegan las finales, simplemente las ganan”. Rebobinemos hasta el inicio de la extenuante fase Match Play. De los siete golfistas españoles que entraron en el cuadro de juego, con mención especial para José Luis Ballester y el balear Carlos Roldós, primer y segundo clasificados en la fase inicial, cinco pasaron a octavos de final. Y en esta segunda ronda dos enfrentamientos fratricidas más la derrota de Luis Masaveu dejaron al castellonense y a Álvaro Mueller-Baumgart como únicos representantes españoles. El destino quiso que ambos se jugasen el pase a semifinales en un duelo entre amigos. Dos de los jugadores españoles más laureados de los últimos dos años, cara a cara en un espectáculo golfístico magnífico resuelto por el castellonense con más claridad de lo esperado (4/3). A partir de ese momento, todos con Josele, que en semifinales tenía que superar el escollo del inglés James Cooper. La inercia vencedora, y la confianza que otorga el haber superado una hora antes a un rival de la talla de Álvaro Mueller-Baumgart, impulsó a Ballester en un enfrentamiento que comenzó a decantar en el hoyo 6, cuando se puso por delante por primera vez. A partir de ahí la ventaja fue creciendo hasta el final de la contienda, decretado en el green del 15. Y de ahí, a la gran final, en la que esperaba el alemán Jannik de Bruyn. José Luis Ballester podría haberse dejado llevar por el recuerdo de las dos finales de torneos importantes que había disputado, y perdido, anteriormente: British Boys 2018 y Copa Nacional Puerta Hierro 2019. Pero para nada. Reseteó la mente y salió a jugar sin complejo alguno. José Luis Ballester fue desequilibrando la final poco a poco, trabajando cada golpe con paciencia y controlando a su rival, que solo se desató cuando el agua le llegaba al cuello. La renta a favor del español fue aumentando paulatinamente: 1up en el 4, 2up en el 15, 3up en el 16, 4up en el 17 y 5up en el 19. Esa fue la mayor ventaja a favor del español. Cuando todo parecía decidido del lado de José Luis Ballester, llegó la reacción de Jannik de Bruyn. Entre los hoyos 28 y 32 redujo la renta de su rival a un solo hoyo. De forma inesperada, si es que en golf puede haber algo que merezca este calificativo, todo volvía a estar abierto. Entonces llegó el momento cumbre del día, un espectacular eagle en el antepenúltimo hoyo que volvía a dejar las cosas en 2up para José Luis Ballester. Lo peor había pasado para el castellonense, que con un tirazo de salida en el 17 dejó vista para sentencia la que es su victoria más importante. Y eso que ha ganado, y mucho, en los últimos tiempos. rfeg olf 29 28 rfeg olf Copas SSMM El Rey y La Reina Su Majestad Josele Fotos: www.holegolf.com – Iñigo Alfado, Adolfo Juan e Inma Sánchez José Luis Ballester no sólo consiguió en Sevilla su título de mayor calado, sino que además lo hizo cuajando la actuación perfecta: fue el mejor tanto en la fase clasificatoria como en la eliminatoria